Aviso: Esta historia va a estar escrita en primera persona, va a ser un reto. Espero que os guste.
El verano da lugar al buen tiempo, el sol se posa en lo más alto del cielo, sus rayos iluminan cada centímetro de los Hamptons. Las casas lujosas brillan con más esplendor a esta hora de la mañana.
Un joven con unas bermudas y una camisa de tirantes poda los setos de la casa dónde le contrataron hace unos meses. Su madre le recomendó que no rechazase el trabajo ya que la pareja que ahí habita, dispone de mucho dinero. Es raro que un matrimonio tan joven y feliz no tenga descendencia.
Dentro de la casa...
Observo cómo la maleta se va llenando un poco más cada día que pasa. De nuevo, mi marido vuelve a irse fuera del país por asuntos de trabajo. Estos últimos meses apenas ha estado en casa y, curiosamente, no me importa su partida.
- Katie, ¿dónde está mi cartera?- Vuelvo al mundo real al escuchar mi nombre, sólo él me llama así, bueno, y mi padre; que hace más de un año que no le veo.
- ¿Has mirado en tus pantalones? Siempre sueles dejarla ahí.- respondo poniendo los ojos en blanco. Voy a estar más de un mes sin verle, sola en esta enorme y espaciosa casa. Al menos tengo a la asistenta para poder hablar, una chica muy maja de Chicago.
- Bueno.- Eric, mi marido, hombre de negocios y apuesto, vuelve a marcharse.- creo que lo tengo todo.- me atrae hacia él y me besa con pasión, lleva sus manos hasta mi culo y lo aprieta.
- Podríamos tener un polvo rápido, aún tengo unos minutos.
- ¿Y arriesgarte a perder el avión? Ya lo haremos a tu regreso, no te desesperes.- nuestra vida sexual no ha sido muy activa, la idea de acostarme con él...ya no me atrae lo suficiente.- Está bien, te llamaré cuando aterrice.
- De acuerdo.- una mirada cargada de tensión antes de que desaparezca por la puerta, permanezco en la habitación hasta que escucho como la puerta de la entrada se cierra. Vuelvo a respirar con normalidad.
- ¡Lanie!- La asistenta de tez morena, pelo recogido con una goma y un uniforme que ella misma escogió, entra a mi cuarto.- ¿Sí, Señora Beckett?
- El Señor Williams no volverá hasta dentro de un mes, ¿sabe lo que significa?
- ¿Puedo actuar con normalidad?- Asiento con una sonrisa, me cae bien esta mujer.- ¡Buf, menos mal! Esto de ser tan seria y formal no va con mi personalidad.- responde quitándose la goma del pelo.
- Toca fingir delante de este hombre, es lo que hago yo y no me va nada mal.- nos vamos a la cocina para tomar una buena cerveza y charlar un rato.- no te entiendo Kate, ¿por qué sigues con él?
- Por mi madre, fue ella la que nos presentó. Si le dejo...es como si le traicionase.
- Cielo, tu madre murió hace cinco años, ella no es feliz si tú no amas de verdad a ese hombre.- mis dedos repiquetean contra la mesa, giro la cabeza para mirar el jardín; es la parte que más me gusta de la casa.
- Creo que voy a tomar el sol un rato, puedes cocinar lo que te apetezca y descansar esta tarde.
- Muchas gracias Kate, disfruta del sol.- subo a mi cuarto para ponerme el bikini, cojo las gafas de sol y la crema solar.
En la piscina...
Busco la hamaca que esté orientada hacia el sol, me echo la crema por los brazos, vientre y piernas. Tengo la sensación de que alguien me observa de cerca. Busco por las plantas, mis ojos se fijan en el jardinero, Eric lo contrató por recomendación. Nunca me había fijado en él hasta hoy. La verdad es que ese joven tiene buen cuerpo, ¡menudos brazos! ¡Y ese abdomen!
- Buenos días, Señora Beckett.- el joven lleva un cinturón con tijeras y más herramientas de jardinería, se limpia el sudor de la cara con un pañuelo.- ¿Dónde está el Señor Williams?
- Ha vuelto a irse del país por negocios, ¿qué estás haciendo?- Me percato de sus ojos, son de un color azul intenso y muy expresivos.- Hoy me he dedicado a cuidar las rosas rojas, sé que son sus preferidas.
- Mi madre adoraba esas flores y yo también. ¿Por qué no descansa? Se le ve algo exhausto, no es bueno que permanezca bajo el sol tantas horas.
- Es mi trabajo, Señora, no se preocupe por mí.- bajo mis gafas hasta la nariz al ver cómo el chico se quita la camisa sin tan siquiera preocuparse de mi presencia. ¡Madre mía! ¡Se nota que se cuida! Mis manos sienten el impulso de acariciar cada centímetro de ese torso tan perfecto.
- Voy a tomar algo refrescante, ¿por qué no me acompaña?
- ¿Lo dice en serio?- Aviso a Lanie para que nos traiga dos cervezas bien frías, ambos permanecemos en silencio, tan sólo los pájaros suenan a nuestro alrededor.
- Y dime, un chico como tú, ¿no debería de estar estudiando una carrera?
- Provengo de una familia pobre, Señora. Estoy ahorrando para costearme los estudios, mi madre está muy orgullosa de mí.- su forma de hablar, el tono, las palabras...Me llaman la atención.
- Seguro que sí, por cierto, no sé cómo te llamas.- éste se seca la mano antes de estrechármela.- Richard Castle, pero puedes llamarme Rick si lo prefiere, Señora.
- Ya que estamos con las presentaciones, deja de llamarme Señora, me siento como una vieja. Dirígete a mí como Kate.
- Entendido.
Los rayos de sol brillan con más intensidad en el torso sudado del joven, éste sonríe con los ojos cerrados. Mis deseos aumentan a un ritmo inquietante, estoy casada pero el placer es más poderoso.
- Oye, Rick, ¿podrías echarme crema por la espalda?- Escucho como casi tira la cerveza que en ese momento estaba bebiendo.- ¿Disculpa? ¿No crees que es un poco osado?
- ¡No me mires así! Tan sólo es crema, además, no hay nadie mirando. Relájate.- éste traga saliva al mismo tiempo que me pongo boca abajo. Desato la parte de arriba para que me eche la crema. Sus manos acarician mi espalda; un hormigueo recorre mi estómago.
- ¡Me encanta este tiempo! ¡El verano es la mejor época del año! ¿Qué opinas?- Lo único que obtengo como respuesta es un sonido extraño proveniente de su garganta, debo de haberle puesto en una situación algo incómoda.- ¿Ya has terminado?
- Sí Seño...Kate, puede darse la vuelta.- me pongo boca arriba sin darme cuenta de que no llevo la parte de arriba. La cara de Rick se torna de un rojo bastante intenso.- Yo...yo...-balbucea nervioso.- Lo siento...no debo mirar.
- ¡Tranquilo! Estás nervioso, voy a taparme.- ¿qué me ocurre? Me ha excitado que este joven me haya mirado los pechos, ahora mismo estoy muy caliente y no es por el calor.- será mejor que vuelva a entrar, Lanie habrá preparado la comida. Ha sido un placer, Rick.
- Lo mismo digo, Kate.- siento sus ojos clavados en mi cuerpo que ahora se aleja de él, esta vez me he controlado pero dudo que pueda combatir contra mis deseos la próxima vez que nos encontremos. Cosa que ya anhelo con toda mi alma.
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Crazy In Love
RomanceRichard Castle, joven de 23 años que trabaja de jardinero en una enorme y lujosa casa. Se gana el dinero para poder estudiar algún día. Una pareja joven reside en esa casa situada en los Hamptons, ella es abogada, una de las mejores; se llama Kather...