Tan sólo es cuestión de horas y no puedo estar más nerviosa. Mi familia intenta calmarme pero soy incapaz de tan siquiera sentarme.
- Kate, todo irá bien. Ya escuchaste al doctor, Ellie está perfectamente. No hay de qué preocuparse.- la voz de Rick tampoco me es válida ahora mismo.
- Pero, ¿y si ocurre algo durante el parto? Estoy aterrada.- contesto con un nudo en la garganta, apenas me veo los pies con esta barriga; no puedo ayudar en la casa porque enseguida estoy agotada.
- Cielo.- Rick me acaricia la mejilla con una mano mientras posa la otra en mi vientre.- confía en mí. Ellie nacerá bien, eres su madre, una mujer extremadamente fuerte además de sexi.
- Lo dices por animarme. Es imposible que me desees, he engordado trece kilos.
- ¿Y eso es un problema? Yo te quiero igual, a las dos.- me besa antes de ir a la cocina para preparar la cena.
Ambos charlamos de cómo ha quedado la casa y de nuestro futuro con la princesa que pronto saldrá al mundo.
Al caer la noche...
- Katie, Katie... - esa voz, no hay nadie alrededor.
- ¿Mamá? - Es entonces cuando la veo, con la misma ropa del día de su muerte pero sin sangre y con una gran sonrisa.
- Cielo, te noto algo inquieta. ¿Qué ocurre?
- Es sobre mi pequeña, tengo miedo de que pueda ocurrirle algo por mi culpa. ¿Y si no puedo hacerlo?
- Katie, eres una mujer fuerte y valiente, podrás hacerlo. Además, no estás sola.- las dos nos sentamos en un banco que aparece al instante.
- Lo sé, Rick estará conmigo pero... Con todo lo que ocurrió, la caída por las escaleras...
- Pero si el doctor ha afirmado que goza de buena salud, ¿qué te preocupa de verdad?
Un breve silencio se instala entre nosotras, mi madre agarra mi mano, es tan real...
- No estoy preparada, mamá. Esto ha sido totalmente inesperado. ¿Cómo te tomaste la noticia de tu embarazo?
- Al principio quise matar a tu padre porque me aseguró que no pasaría nada pero en cuanto vi la primera ecografía... Lo supe.
- ¿El qué?- Ésta se gira para verme, su brillo es demasiado fuerte y me obliga a entrecerrar los ojos.
- Que te querría para siempre. Casi no podía creérmelo pero ahí estabas. Con tus pies, brazos...
- ¿Y no tenías miedo?
- Por supuesto que lo tenía pero es normal, cielo. Tu forma de pensar cambiará cuando la tengas entre tus brazos.
- Te echo de menos, mamá. Ojalá estuvieses aquí.
- Katie... Ya lo estoy, sólo que en tu interior. Y ahora..., creo que deberías despertarte.
Un líquido transparente moja las sábanas y mis piernas.
- ¡Rick, Rick! - le zarandeo hasta que éste abre los ojos.- Acabo de romper aguas.
- ¡Vámonos!- Coge lo imprescindible, subimos al coche y ponemos rumbo al hospital donde, afortunadamente, nos antienden de inmediato.
Horas más tarde...
Camino de un lado para el otro, ahora resulta que no he dilatado lo suficiente, algo totalmente normal en madres primerizas. Las contracciones cada vez son más dolorosas e insoportables.
- Katherine, ya está preparada. Vamos a colocarle la vía y a tumbarla en la camilla.- obedezco en todo, Rick se pone una bata de usar y tirar y un gorro, le queda realmente mal.
- Rick, no te separes.- un par de enfermeros empujan la camilla hasta el paritorio.
Todos me animan a que empuje, el dolor es horrible, la epidural parece que no haya tenido efecto en mi cuerpo. Las gotas de sudor resbalan por mi frente, una mano agarra la de Rick; el cual me seca de vez en cuando con una toalla.
- ¡Un poco más Katherine! ¡Ya casi está! - y así es, unos llantos inundan la pequeña sala.
- Día y hora del nacimiento: 1 de septiembre de 2014, ¿nombre?
- Ellie Rodgers Beckett.- es Rick el que responde, yo apenas tengo fuerzas.
La enfermera coloca a la recién nacida en mis brazos. Mi rostro cambia por completo, las horas de sufrimiento han merecido la pena.
- Hola princesa, bienvenida a esta familia.- como acto reflejo, Ellie agarra mi dedo con su diminuta mano.
- Rick...- le hago una señal para que se acerque, se la paso con cuidado. No puedo evitar soltar alguna que otra lágrima al ver cómo mi prometido besa la frente de su hija.
- Vamos a asegurarnos de que tanto usted como su hija se encuentran perfectamente.- asiento con la fatiga invadiendo cada músculo.
Al día siguiente...
Ya me encuentro mucho mejor, Ellie está tomando el pecho, al principio fue una sensación extraña pero ahora... No dejo de mirarla, ha sacado los ojos de su padre.
- Mi madre y tu padre estarán a punto de llegar, ¿preparada?
- Bueno...no podemos decirles que no, se mueren de ganas por ver a su querida y única nieta.
- Eso es verdad, nada ni nadie detiene a Martha Rodgers y a Jim Beckett.
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Crazy In Love
RomanceRichard Castle, joven de 23 años que trabaja de jardinero en una enorme y lujosa casa. Se gana el dinero para poder estudiar algún día. Una pareja joven reside en esa casa situada en los Hamptons, ella es abogada, una de las mejores; se llama Kather...