Capítulo 3

1.4K 62 10
                                    

Quiero dar las gracias a una chica increíble, compartimos un grupo y ahora escribimos capítulos juntas. Esto es en gran parte gracias a ella. Espero que os guste, ;) 


Ya avisaron en la televisión que las temperaturas iban a subir unos grados más, pero no tenía ni idea de que el calor iba a ser tan exagerado. No quiero poner el aire acondicionado al máximo porque soy propensa a coger resfriados enseguida.

El sol broncea mi piel, disfruto del sol acompañada de una limonada bien refrescante; mi garganta seca lo agradece. El sonido del agua es algo que me relaja muchísimo, ahora mismo se está limpiando. De repente mi cabeza se gira al escuchar unos pasos, reconozco esa escultura desde lejos. Rick es magnífico, con esa espalda ancha y esos brazos; ya puedo sentirlos agarrándome.

Verlo en acción es algo que, curiosamente, me pone muchísimo. Puedo sentir como mi cuerpo comienza a vibrar a causa de la excitación.

- ¡Buenos días Kate!- Me saluda desde la piscina, coge una red y comienza a limpiar el agua de cualquier bicho que se haya atrevido a darse un baño.- ¡Buenos días!- respondo sin apartar la vista de su culo.

- ¿Has terminado con las rosas, Rick?- Pregunto al mismo tiempo que me levanto de la hamaca, mi piel brilla gracias a la crema bronceadora.- Sí, voy a limpiar la piscina por si desea darse un baño.

- Como quieras, Rick por favor, ya te he dicho que me tutees, no me gusta que me trates de usted. Me haces sentir más mayor de lo que en realidad soy.

- Lo siento. Kate.- se disculpa y continua limpiando, ajeno a mis pasos que van acortando las distancias. El pelo se le pega a la frente, está sudado y eso me atrae todavía más.

Se dispone a limpiar la piscina y puedo ver cómo sus músculos se contraen para mover el limpiafondos, es un Dios y yo quiero probarlo. Me he quedado totalmente hipnotizada.

- Kate, ¿estás bien?

- Sí. Cuando termines avísame que quiero refrescarme un poco.

- Entendido.

- Y.- ahora estoy justo a su lado, mis yemas rozan sus músculos tensos por el esfuerzo.- si quieres, puedes darte un baño. Te lo mereces.

Abre los ojos pero rápidamente me dedica una sonrisa pícara. No veo que le moleste la idea.

- No será necesario, gracias.

Unos minutos más tarde...

Comienzo a quitarme las gafas, las dejo sobre la hamaca. Camino hasta la ducha colocada cerca de la piscina. Noto su mirada posada en mi cuerpo, y eso, me lleva a otro nivel. Él está de pie junto a las escaleras de la piscina. Me giro y me choco contra su cuerpo, él que anhelo saborear.

- Rick...

- ¿Sí...?- Pregunta tragando saliva, de nuevo, él y yo solos. Él con el pecho descubierto y yo con un bikini. Levanto la mirada para observarlo detenidamente y veo que sus intensos ojos azules se centran en mi boca, ambos necesitamos esto y no voy a ser yo la que rechaze esta oportunidad.

Antes de que pueda decir nada  rodeo su cuello con mis brazos y me pongo de puntillas  para alcanzar desesperadamente sus labios. Siento como sus manos bajan por mi cuerpo hasta detenerse en mi trasero. Para mi sorpresa, me aprieta  contra su cadera para que sienta cómo su erección  va creciendo ante nuestros roces y movimientos.

Un ronco gemido sale de su garganta que me hace enloquecer  y acercarlo más a mí, mi lengua asalta su boca y él no se queda atrás, me toma en sus brazos y nuestros sexos conectan de forma más brutal.

Crazy In LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora