Los radiantes rayos de sol traspasan las cortinas para darme directamente en los ojos pero no es eso lo que me hace despertarme.
- ¡Buenos días Katie!- Mi padre me sorprende cada día más, tararea una canción mientras prepara café y tortitas.
- Vaya papá, no recuerdo la última vez que te vi tan feliz.
- Hoy tenemos partido, he hablado con Richard.- si mi padre supiese lo que hicimos en el bar...Quizás borraría esa sonrisa.
- ¿Sigue trabajando?
- Sí y la verdad hija, deberías darle unas merecidas vacaciones.- mi padre deja una taza de café humeante en mi sitio.
- ¿Crees que no se lo hemos ofrecido? Pero sólo piensa en ganar dinero para ir a una buena Universidad.- mi estómago comienza a rugir al oler las famosas tortitas de Jim Beckett.
Fijo la mirada en la parte trasera de la casa, el sonido de las olas nos acompañan mientras desayunamos en la terraza.
- Este lugar es maravilloso Katie, a tu madre le encantaba la playa.- percibo la tristeza en su tono de voz, un trágico accidente se llevó la vida de mi madre cuando yo tenía veinte años.
- ¡Buenos días!- Lanie aparece casi de forma misteriosa, mi padre le recibe con un caluroso abrazo.
- ¿Cómo estás Lanie? Te veo muy bien.
- Tengo una anfitriona que me cuida muy bien.- me guiña un ojo, yo le respondo con una sonrisa.
- Eso espero, ¿nos acompañas? Siempre hago comida de más.
- Muchas gracias pero tengo que declinar tu oferta, oye Kate.- dejo la taza en la mesa.- ¿podemos hablar?
- Por supuesto.- me levanto y nos metemos en la cocina.- dime, ¿qué ocurre?
- ¿Podría tomarme unas semanas libres?- Lanie sabe que, a pesar de ser amigas, yo me considero bastante estricta.
- ¿Estás bien?
- Hay algo que no te he contado.- empiezo a preocuparme por ella pero en vez de tristeza atisbo una sonrisa.
- ¿Vas a decírmelo?
- ¡Me voy a casar!- Exclama levantando su mano izquierda,un anillo precioso decora su dedo angular.
- ¡Enhorabuena!- Nos abrazamos y saltamos de alegría.- ¿Por qué no me lo dijiste antes?
- He estado demasiado ocupada con los preparativos y no sé si te alegrarías.
- Serás idiota, eres mi mejor amiga Lanie. Claro que puedes tomarte las semanas que necesites.
- No hace falta decir que estás invitada. Pero no es conveniente que Eric se presente, sabes cómo es.
- Por él no te preocupes, anoché me mandó un correo y al parecer va a seguir fuera más tiempo.
- ¿Te ves capaz de ir sin pareja?- La imagen de Rick me viene a la cabeza, no pierdo nada por preguntar.
- Buscaré a alguien y ahora vete, si necesitas dinero o lo que sea; no dudes en pedírmelo, ¿entendido?- Mi amiga asiente, volvemos a abrazarnos.
Cuando regreso a la terraza, observo a mi padre charlando con Rick, va sin camiseta
- ¡Ah Katie! Ya creía que no volvería a verte.- Rick y yo compartimos una mirada intensa, sé lo que piensa y eso me produce escalofríos.
- ¿A qué hora es el partido?- Pregunto poniéndome las gafas de sol.- Dentro de unas horas, limpio todo esto y me doy una ducha.
- Vale papá, yo voy a trabajar un poco y después tomaré el sol.
Mi padre desaparece con las tazas y los vasos, Rick continúa sentado. Ambos permanecemos en silencio observando el paisaje.
- Será mejor que adelante el trabajo acumulado.- pero la mano de Rick me lo impide, me sienta sobre él quedando cara a cara.
- Estos días te he echado de menos.- me susurra mientras sus manos acarician mi espalda por debajo de la camiseta.
- Pero si he estado aquí, apenas he salido.- respondo rodeando su cuello con mis brazos.
- Ya sabes a lo que me refiero.- su sonrisa pícara provoca que mi temperatura corporal aumente.
Acabo de caer en que sigo con el pijama, es decir, no llevo sujetador y eso, Rick, lo ha notado porque dirige sus manos a mis pechos ahora receptivos.
Me dejo llevar por sus besos en el cuello, sus diminutos pellizcos en mis pezones. Su erección ya pide a gritos salir de su ropa interior pero ahora no es el momento, por mucho que lo desee.
- Rick, Rick.- apoyo mis manos en su pecho para alejarlo.- quiero hacerlo, de verdad que sí.
- ¿Pero...?
- Mi padre nos puede pillar, si después del partido te ves con fuerzas...Te esperaré en la orilla de la playa.
- ¿Prometido?- Le proporciono un beso en los labios mientras acaricio su pelo.
- Prometido.- con suavidad me levanta, mis pezones siguen erguidos y eso sólo puedo calmarlo con un buen baño.
- Nos vemos luego, Kate.
- Hasta dentro de unas horas, Rick.
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Crazy In Love
عاطفيةRichard Castle, joven de 23 años que trabaja de jardinero en una enorme y lujosa casa. Se gana el dinero para poder estudiar algún día. Una pareja joven reside en esa casa situada en los Hamptons, ella es abogada, una de las mejores; se llama Kather...