El Omega Prime A͜͡l͜͡l͜͡ x͜͡ T͜͡a͜͡n͜͡j͜͡i͜͡r͜͡o͜͡

Capítulo 19

El demonio que había cortado el alfa con olor a pino se desintegraba, mientras qeu el jabalí miraba todo asombrado, ala vez que agarraba la garganta

—Increíble, está a otro nivel, sus cortes son más potentes, la diferencia es abismal, partió en dos a ese demonio como a un tofu, increíble, ¡es increíble! ¿Quién será? - el alfa peliazul observaba al jabalí, para luego girarse y seguir con su camino-

—Espera! Enfrentate a mi haori multipatrón! -el otro alfa paro su andar y se volteo- Venciste a una de las Doce Lunas Demoníacas, si te gano, saldrán cuentas, y entonces el más fuerte seré yo!

—Sigue entrenado, estúpido. -respindió indiferente-

—Qué dijiste?! -le gritó-

—Esa no era una Luna Demoníaca -decía, mietras sacó una cuerda de quien sabe donde- Ni siquiera ves la diferencia?

—Claro que sí! Ya sabía que ese debilucho no era una Luna demoníaca. -entre tanto el alfa ya lo había amarrado y se retiraba-

—Eh! Espera!

—Alguien incapaz de valorar sus heridas no debe pelear.

—Que?! No te escucho! Hbalas bajo y caminas muy deprisa! Espera! Desátame maldito!

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En el denso bosque nocturno, donde las sombras danzaban al ritmo del enfrentamiento entre el demonio y el valiente omega, la tensión en el aire era palpable. La katana quebrada pendía de la mano del omega mientras el demonio tejía hábilmente sus hilos mortales, una danza siniestra que amenazaba con envolver al valiente luchador.

Con un movimiento ágil, el omega esquivó el mortal ataque, pero no sin consecuencias, ya que sus ropajes se rasgaron ligeramente, testigos del peligroso encuentro. La gravedad del momento resonaba en su mente mientras reconocía la sabiduría de Urokodaki-san y se apresuraba a sacar la segunda katana de la caja. La dualidad de las hojas se convertiría en su mejor defensa.

—Mierda, la katana.... Urokodaki-san tenía razón, si rompre una utiliza la otra.- sacó la otra katana que tenía en la caja.-

El demonio, intrigado por la revelación, lanzó un nuevo ataque con múltiples hilos mortales que cortaban el aire con velocidad letal. El omega, ahora armado con ambas katanas, respondió con determinación y habilidad.

—Otra katana? -cuestionó el demonio, sorprendido por la astucia del omega.-

—Respiración del sol. Tercera postura: Espejo carmesí sofocante.

Dos cortes defensivos se manifestaron en un ballet de destreza, creando un escudo improvisado que desvió los hilos mortales del demonio. Las chispas volaron en la oscuridad, iluminando la ferocidad del enfrentamiento.

La pelea continuó, cada movimiento calculado y cada palabra intercambiada agregaban un nuevo capítulo a la épica contienda. Las katanas brillaban como estrellas fugaces, trazando líneas de defensa y ataque en el aire. El bosque resonaba con el choque de acero contra hilos, creando una sinfonía mortal que solo intensificaba la furia de la batalla. Aunque no esperó el ataque improvisado del demonio, creó a su al rededor una carcel de hilos.

—Mierda, no puedo esquivarlo- -en un rápido movimento salió la beta de la caja, y cambio de lugares con el omega- Nezuko! -esclamó sorprendido- Siento que hayas tenido que cubrirme -solto triste y preocupado el omega-

—Salió una chica de la caja de su espalda -comento la mujer- Pero es un demonio.

—Tú... son...-tartamudeo el demonioo- Esa chica es tu hermana?