Capítulo 23

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La mañana se desplegó suavemente sobre la finca, trayendo consigo un resplandor cálido y la promesa de un nuevo día. Después de una larga noche de descanso, los miembros de la organización de cazadores de demonios despertaron gradualmente, renovados y listos para enfrentar lo que el día les deparara.

Los primeros rayos del sol filtrándose por las ventanas pintaban destellos dorados en las paredes, iluminando cada rincón de la finca. El aroma fresco del amanecer se mezclaba con la serenidad que llenaba el lugar, creando una atmósfera rejuvenecedora que contrastaba con las tensiones de la batalla pasada.

Las niñas, con expresiones serias pero compasivas, ingresaron a la habitación destinada a los heridos. Cada paso resonaba en el suelo, y el suave murmullo de sus voces creaba una atmósfera reconfortante en la estancia. La luz de la mañana se filtraba a través de las cortinas, iluminando su camino mientras se acercaban a cada cama.

Con bandejas cuidadosamente cargadas de medicinas y ungüentos, las niñas se dirigieron primero al pelirubio, aunque éste no se encontraba muy feliz.

—Debo tomar la medicina? -preguntó disgustado-

—Tienes el problema más grave de todos, debes tomarlo.

—Pero... es amarga.

—Deja de quejarte y tómala!

—Ni modo.. -susurró el pelirubio-

—Cielos... está es tu medicina Tanjiro-san.

—Gracias.

—Te veo bien. -dijo un pelinegro sonriente entrando en a la habitación-

—Ah, Murata-san. -respondió sorprendido- Cómo has estado?

—Casi se me derrite todo el cuerpo, pero fui salvado. Oí que tenías herdias graves.

—Tardaré un tiempo en recuperarme.

—El jabalí tiene mal la garganta, no? Qué le pasa?

—Dejaló tranquilo, pasa por mal momento.

—Es muy raro verlo decaído.

—Tanjiro. -interrumpió el pelirubio- Quién es?

—Es Murata, peleó con nosotros en el monte Natagumo.

—Encantado de conocerte. mm? Oh tus brazos...

—Casi me convierto en araña y aún tengo las extremidades cortas.

—Por eso debes tomar la medicina! -apareció la peliazul detrás del omega-

—Aaah! Pero, sabe horrible! Ese sabor tendría que estar prohibi...

—Luego no te quejes si no recuperas tus brazos.

—Que mala eres.

—Tú eres un caprichoso, para recuperarte solo tienes que beber la medicina y tomar sol.

—No puedo! -saltó de la cama para ocultarse detrás del peliburdeo-

—Aquí parecen divertirse. -sono triste el alfa-

—Murata-san?

—Yo tuve que dar el informe de lo sucedido en el monte Natagumo, los pilares dan miedo, casi no podia respirar por la cantidad de feromonas que desprendían. Estaban enojadosporque los nuevos reclutas cada vez son más débiles y en Natagumo hubo algunos que desobedecieron órdenes. Empezaron a preguntarme que quien era su instructor. Qué voy a saber yo? Soy del escalafón más bajo.

—Ooh -dijeron amobs omegas, al ver quien estaba detrás del alfa-

—Los pilares dan miedo.

—Hola. -soltó la mujer que había entrado-

El Omega Prime A͜͡l͜͡l͜͡ x͜͡ T͜͡a͜͡n͜͡j͜͡i͜͡r͜͡o͜͡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora