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—¡Junghyun!

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—¡Junghyun!

El rubio ni siquiera se detuvo al escuchar ser nombrado por su hermano en cuanto llegaron a su casa.

—¡Junghyun! ¿Qué mierda pasó?

Junghyun subía las escaleras sin intención de detenerse a hablar.

—Traes el aroma de…

—Lo siento, sé que no debía, p-pero mi instinto pudo más que yo y… Es un chico muy bonito, pero ¡Olvídalo!

—Tu celo…

—¡Sí, se adelantó! ¿De acuerdo? Él ni siquiera sabía que era un omega y se presentó justo cuando yo estaba ahí y… de seguro al sentir nuestros aromas juntos le hizo presentarse. Por eso te traje o podría pasarte lo mismo. Ahora déjame, iré a mi habitación.

Evidentemente molesto, ofuscado y muy confuso por lo que había pasado Junghyun, desapareció de la vista de su hermano.

Se encerró con llave en su habitación y se tomó unos supresores para el celo. Debía aguantar, así no tendría la tentación de ir por ahí a buscar con quien pasar el celo. De inmediato sus pensamientos se fueron hasta aquella iglesia donde se encontraba el omeguita. ¡No, eso no era una opción! Seguro ni siquiera sabía lo que significaba estar en celo.

Luego de unos minutos cuando el supresor le hizo efecto, su mente estaba más relajada. Pudo pensar mejor y… ¡Había encontrado a su pareja destinada! Su omega… y lo más importante, había faltado a la promesa que una vez hizo con Jungkook.

Pero al recordar al pequeño y frágil omega de cabellos rubios y ojitos miel, algo se removía en su interior. Su parte lobuna se volvía loco e inquieto, le dolía el corazón cuando recordaba que ese pequeño omeguita estaba solo sólo por ser diferente.

“ERES UN HUMANO TONTO”

—Ya lo sé… Es solo que tengo miedo.

“¿Miedo de un pequeño omega?”

—No, miedo de mí.

Se levantó molesto, y al parecer, su lobo también lo estaba porque se echó en un rincón y de ahí ya no se movió. Junghyun prefirió darse una ducha, eso ayudaría para apaciguar su inquieto ser en esos momentos.

Jungkook, por su parte, llamaba con insistencia a Suran. De seguro molesta, pues no le contestaba y no era para menos luego de haberla dejado en la iglesia.

Aún tenía fresco aquel electrizante aroma que pudo percibir a lo lejos, además de que Junghyun estaba totalmente impregnado en él.

Se metió a su oficina y comenzó a revolver papeles y más papeles con la intención de ocupar su mente en otra cosa. ¿De tantos lugares en el mundo debía encontrar de nuevo a ese omega en la iglesia donde iba a casarse?

El mundo, definitivamente, era pequeño. Nunca esperó encontrar a su destinado y menos que eso le traería problemas. Su vida perfectamente arreglada se podía arruinar por eso.

¿Qué iba a hacer? Mudarse, sí, eso era. Podía casarse y luego mudarse lejos con Suran, así probablemente no volvería a ver al omega. Aunque, mudarse implicaba dejar a Junghyun.

Tenían pensado vivir cerca luego de que Jungkook y Suran se casarán, pero viendo como estaban las cosas…

Cerca de las siete de la noche, Nana sirvió la cena, pero Junghyun no bajó a comer. Eso preocupó a Jungkook, quien tomó la charola de comida y subió. Tocó suavemente la puerta, estuvo a punto de retirarse cuando el seguro fue quitado. Solamente al acercarse un poco, pudo percibir en el ambiente el humor que las feromonas de Junghyun desprendían y eso dejaba notar lo molesto y notoriamente triste que estaba.

—¿Junghyun? No comido nada, te traje esto. —Dejó la charola en la mesita cerca de la cama.

—No tengo hambre, gracias.

Jungkook no tuvo más remedio que acercarse y sentarse a la orilla de la cama. Ellos siempre habían sido dos hermanos muy unidos y cuando uno estaba mal significaba que el otro debía ser el doble de fuerte para transmitirle bienestar.

—¿Vas a contarme qué pasa? —Preguntó con voz suave.

Junghyun se sumió en un mutismo corto, tratando de decidir si debía exteriorizar sus emociones con su hermano. Nunca se habían ocultado nada, siempre solían ser cómplices de sus propias vivencias, pero esto iba más allá que…

—En primera… Falté a nuestro acuerdo, no debía tratar de conocer a nuestro destinado. Segundo… Creo que mi lobo desea mucho estar con él.

Jungkook suspiró, lo que atormentaba a su hermano también lo atormentaba a él en silencio solo que a diferencia de Junghyun, él no quería saber nada de ese omega.

—¿Tu lobo o tú?

—Ambos, él porque es su pareja y yo porque mi instinto de protección sale cuando pienso en él.

—Puedes controlarlo yo sé que sí, trata de ser fuerte. Estuve pensando en que… Voy a mudarme lejos de aquí para evitar de nuevo que ese omega entre a nuestras vidas.

Las palabras hicieron reaccionar a Junghyun, quien de inmediato se sentó en su cama, mirando a su hermano como si fuera la primera vez que lo veía.

—¿Vas a dejarme? —Jungkook pudo percibir un deje de reproche en la voz de su hermano.

—No, yo… pensaba que te mudes con nosotros.

Junghyun soltó una risita sin querer, era obvio que eso no era siquiera una opción.

—¿De casualidad no quieres que también me case con Suran? Estás loco, Jungkook, tú harás una familia, un matrimonio. ¿Cómo pretendes que me vaya contigo y Suran? Serán un matrimonio que va a necesitar su espacio y privacidad. Es una mala idea, definitivamente.

—¿Entonces qué harás? No quieres que me vaya lejos y tampoco quieres irte conmigo. Yo necesito alejarme. Este omega solo trae problema a nuestras vidas, quizá lo sabe y trata de arruinarnos.

Junghyun arrugó la frente, se levantó visiblemente molesto con la actitud de Jungkook.

—¿Qué te pasa ahora? —gruñó Jungkook.

—No, es solo que no quiero escuchar como hablas así de él.

—¿Pero qué…?

—¡Ni siquiera lo conoces, Kook, no puedes decir que solo trata de arruinar nuestras vidas cuando él ni siquiera sabe qué significa el que lo hayamos encontrado!

—Junghyun, espera… ¡Junghyun!

El rubio ya había bajado las escalinatas de la casa con las llaves de su auto. Encendió el motor haciendo caso omiso a los llamados de su hermano. Necesitaba despejarse y beber algo fuerte, quizá ni estaba pensando con claridad con la mente sobria.

 Necesitaba despejarse y beber algo fuerte, quizá ni estaba pensando con claridad con la mente sobria

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El Bebé de los Alfas Jeon | Kookmin ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora