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Mientras Minnie sostenía sus peluches de lobos, Mingseon se limpiaba con su pañuelo las gruesas lágrimas que caían por sus mejillas y el sacerdote le daba su bendición al pequeño omega

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Mientras Minnie sostenía sus peluches de lobos, Mingseon se limpiaba con su pañuelo las gruesas lágrimas que caían por sus mejillas y el sacerdote le daba su bendición al pequeño omega.

Junghyun y Jungkook esperaban al omeguita algo impacientes, no veían la hora de tener a su destinado para ellos solos. Jungkook tenía en las manos la pequeña maleta del rubiecito que llevaba solo las pocas cosas que había acumulado en su corta estancia en la iglesia como la ropa nueva que le regalaron cuando iban a verlo, un juego de colores que le llevó Jungkook, sus zapatos y una foto que se había tomado con el sacerdote y Mingseon.

—Minnie visita a los dos, lo prometo. —Dijo, abrazando a su padre adoptivo y luego al alfa mayor.

Se detuvo un momento observando el rostro de Mingseon y con un dedito quitó las lágrimas.

—No llorar, Minnie no olvidará nunca a Seon Hyung que lo cuidó y le cocinaba muy rico, tampoco olvidar que Seon Hyung explicar a Minnie lo de los huevitos de Minnie. Minnie quiere mucho a Mingseon y viene a verlo cuando pueda. ¿Verdad, Alfitas?

—Claro, bebé, cada vez que quieras podrás venir. —Respondió Junghyun.

—Sí, si no puede traerte Hyun, te traigo yo, pero siempre podrás venir, cariño.

Jimin sonrió feliz abrazando de nuevo al beta cabizbajo.

—Minnie, cuídate mucho y pórtate bien, no les hagas rabietas a tus Alfas y come bien. —Dijo finalmente para soltar al omega.

—Sí, Minnie hace caso, es un niño muy obediente.

Mingseon sonrió y se alejó para que Jimin se pudiera retirar con sus esposos a su nuevo hogar.

Se despidió con la mano de los dos mientras su otra mano era tomada con dulzura por Junghyun. Salieron de la casa que vio vivir a Minnie su primera aventura fuera de aquella "casa fría y lúgubre que llamó hogar" alguna vez y que ahora no recordaba más.

Eso no quería decir que aún no pensaba en su madre, claro que lo seguía haciendo, pero en silencio. Seguía esperando para no olvidarla. Pero por el momento era feliz, el niño más feliz sobre la faz de la tierra porque había encontrado un nuevo hogar y una nueva familia a quien amar y que lo amaban también. Sus alfas eran su nuevo tesoro preciado y esos si no los iba a perder nunca.

—Minnie está feliz. —Iban en camino en el auto y el pequeño rubio rompió el silencio una vez más.

—Eso nos alegra mucho, bebé, eso es lo que más queremos, que seas muy feliz.

El Omeguita iba sentado atrás al lado de Jungkook con su cabecita recostada en su regazo mientras este le daba mimos en su cabello. Junghyun, quién manejaba, resopló un poco viendo aquello.

—Estoy celoso, tendré que contratar un chófer. Yo también quiero ir ahí para darle mimos.

Jungkook sonrió, llevaba él la atención de Minnie y eso se iba a comenzar a poner peor, los Alfas eran territoriales y se iban a pelear por la atención de su omega aunque el rubiecito los amaba a los dos por igual.

El Bebé de los Alfas Jeon | Kookmin ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora