11:50 PM
Es 14 de septiembre, la noche es calida debido a que la primavera a llegado, a las afueras de Australia se encuentra una iglesia ubicada en un pequeño pueblo.
Los pujidos y sollozos de una mujer son lo único que resuena en esta noche, una mujer que está a punto de conceder el milagro más maravilloso del mundo, darle vida a un ser humano,
Las hermanas de la iglesia son las encargadas de ayudar en la labor de parto, los minutos han pasado y al fin los quejidos se han detenido.
12:00 AM - 15 de septiembre.
Los gallos cantan anunciando el nacimiento de esta nueva vida.
ーEs un varónー dice una de las hermanas alzando al bebé mientras lo envuelven en mantas.
Las mujeres se lo entregan a su madre, y efectivamente es un niño, un hermoso niño, los pocos cabellos que se le notaban eran rubios, las pequeñas pupilas que se apreciaban eran azules o tal vez aqua marina, no se sabía muy bien porque sus pequeños ojos aún no se abrían por completo.
Pero lo que su madre si sabía con certeza es que lo amaba como a nada y a nadie.
ー¿Cual será su nombre?ー pregunto una de las mujeres.
Y tras unos cuantos minutos de silencio la chica por fin decidió contestar.
ーFelixー dijo, tomando su manita y dándole un besito.
ーWow Felix.... Es un lindo nombre, ¿por qué ese nombre?.
ーPor que es el nombre de la persona que más ame en la vida.
ーY esa persona dónde está ahora, ¿porque no vino a buscarte?.
La mujer trato de responder la pregunta pero la madre superiora la interrumpió.
ーPorque fue excomulgadoー respondió la madre superiora.
Y así era, la madre de Felix tenía tan solo 19 años y el padre de el mismo era un cura, de 22 años el cual se había enamorado de la chica que acababa de empezar con el oficio de monja, el deseo carnal se apoderó de ambos dejando asi embarazada a la menor quien fue severamente castigada y el cura fue expulsado del convento y de todo lo relacionado a Dios.
Ese era el castigo para él, y para ella era dar a luz al pequeño pero en cuanto naciera darlo en adopción por ser producto del pecado, el pecado de la lujuria.
ーDámelo debemos llevarlo a la casa hogar.
ーNo, no pueden hacer eso, no puedo hacerle eso.
ーNo estoy pidiendo tu opinión, debiste de pensar en esto antes de cometer la impureza que hicisteー contesto la madre tratando de arrebatar al bebé de sus brazos.
ー¡No! Ya dije que no, es mi hijo es mi decisiónー protesto la chica.
Las demás mojas la veían con lástima y pena, sabían que el pecado que había cometido era grabé pero también sabían que tenía razón, ese niño era suyo era su decisión saber que hacer o qué no, con el pequeño.
ーMadre, ella tiene razón no puede llevárselo solo así como asi.ー hablo una de las hermanas susurrando a su lado.
ーNo traten de defenderla, cometió un pecado y debe asumir las consecuencias.
ーLo sabemos pero...ーdejo unos segundos de silencio pensado en como terminar de convencerlaー El es un bebé no tiene la culpa, él no pidió nacer no es responsable de los actos de los demás.
ーSi madre, dejemos que se lo quede, por lo menos hasta que veamos que no tiene ningún problema de saludー dijo está vez otra de las chicas.
Y la madre lo pensó, no era mala idea el bebé parecía un angelito y ella tampoco iba a ser tan despiadada, pensó que el castigo podría ser aplicado solo después de un tiempo.
ーEsta bien, pero ustedes ayudarán a Solー Sol era el nombre de la madre de Felix.
ーSi señora nosotros nos aremos cargo.
Y con esto dicho Felix se quedó en el convento, y ya no fue sólo unos cuantos días sino para siempre vivió y creció dentro de este lugar con miles de enseñanzas bíblicas y elogios por ser lo más similar a un ángel.
Las monjas y padres eran quienes más lo consideraban una señal divina por su hermosa apariencia, y ni hablar de los lugareños, todos lo consideraban santo.
Por este motivo no salía del convento para nada, y tampoco tenía necesidad, este era muy amplio y tenía todo lo necesario incluso una escuela a la cual iban todos los practicantes para ser curas.
Felix era feliz porque iba a la escuela, porque tenía amigos, porque..... porque era lo que se obligaba a sentir cada día.
22 años después
Felix a crecido, ahora es un chico de 22 años alto de piel blanca, de nariz y mejias un tanto rosas, rubio como los querubines que tanto se retratan en pinturas y de ojos aqua marina tan brillantes y relucientes como dos luceros, lo que más destaca de su rostro son sus pecas, esparcidas por todo su rostro y parte del cuello. Felix era perfecto tanto que se había convertido en el fruto prohibido del pueblo debido a su belleza que despertaba la pasión y deseo de más de alguna chica y ni se diga de los chicos, lo veían como unos perros hambrientos ven un trozo de carne.
ー¡Felix! ya es tarde vas a llegar tarde a clases!ー grito Mia una de las hermanas del convento.
ー!Si ya voy!.
Felix se vio al espejo y bufo por volver a sentir ese sentimiento raro que había estado sintiendo desde hace un tiempo, ¿y cual era? Ni el mismo sabe, solo es algo que lo hace querer gritar y salir corriendo de este lugar y de la misma rutina, ¿posesión demoníaca? Tal vez, pero era obvio que no se lo diría a nadie.
ーBien ya me voyーdijo, despidiéndose con la mano desde la entrada.
ーQue tengas un excelente día, y que Dios te bendigaー respondió Mía persinadolo desde lejos.
Felix sonrió hasta cerrar la puerta y cuando se dio la vuelta esa sonrisa se esfumó tan rápidamente, como podía tener un buen día si todos eran iguales, nada cambiaba o diferenciaba a uno del otro.
Por ejemplo, justo ahora iba a tomar su seminario para ser sacerdote, primera clase; filosofía, aburrida hasta los.... Huesos, lo único que agradecía de esto era que por fin podía salir de el convento aunque fuese solo unas cuantas horas, ya que tenía que ir a la universidad para tomar esta carrera pero eso no quitaba que fuese estresante ver cómo todos los demás hablaban de cosas cotidianas, (mundanas a la vista religiosa) o jugaban entre sí.
Todo era muy díficil de ver porque él no podía ser así, todo esto es a lo que los padres y monjas le han dicho que son pecados y que no debe caer en ellos. Por eso se siente culpable, por querer sentir esa libertad de la que escucha a sus compañeros tanto hablan, ya no quería sentir esos sentimientos.
Lo estaba volviendo loco la idea de estar pecando porque no quería ser castigado como tanto se lo dicen las hermanas, no quería defraudar a nadie. No podía.
༅༚˳ . ୨୧ . ˳༚༅༚༚༅༚˳ .୨୧ . ˳༚༅༚
Holiwuis gente acá está lo prometido, lamento si es un tanto raro, es que está es mi primera-segunda vez tratando de escribir un fic porque ya estaba publicando uno Minsung, espero sea de su agrado y espero poder hacer que está historia tenga un buen sentido,
Bye✨
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☆◊Elegido◊☆ ∥✞HyunLix✞
RandomLos pecados capitales vagan continuamente en los ardientes y calurosos lugares del infierno, aburridos de la misma historia, de personas que se dejan llevar al primer instante sin poner resistencia a sus tentaciónes, deciden subir a la tierra y busc...