Los pecados capitales vagan continuamente en los ardientes y calurosos lugares del infierno, aburridos de la misma historia, de personas que se dejan llevar al primer instante sin poner resistencia a sus tentaciónes, deciden subir a la tierra y busc...
La noche ha llegado al pequeño pueblo, algunos de los habitantes de éste se encuentran durmiendo, otros haciendo fogatas frente a sus casas y algunos niños juegan en el pequeño parque del mismo.
Todo es tranquilo, normal, no hay nada ni nadie que perturbe está paz... ¿Verdad?.
ーFelix, ¿puedes salir a cerrar el portón de atrás? los trabajadores ya se han ido a descansar.ー dijo Clear.
Clear era una de las muchas monjas o hermanas como se les conoce normalmente, que vivían aquí, y por ende Felix debía llamarla hermana.
ーSi, hermana no hay problemaー respondió el rubio haciendo una reverencia y caminando hacia el patio trasero.
Lo de la reverencia era un acto que realizaba de forma inconciente debido a que era una de las muchas enseñanzas dadas por la iglesia. "Debes humillarte ante Dios. Para conseguir su perdón" eso también incluía ser respetuoso con los Padres y Madres superioras (O humillarse ante ellos, pero lo cubrían bajo la palabra de "respeto a los mayores").
Felix tomo su abrigo para salir afuera ya que el invierno estaba llegando, en este lugar no era muy común que el frío fuera severo pero de todas formas los vientos si eran un tanto fuertes.
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ー!Maldita sea Lujuria porque diablos nos trajiste aquí!ーdijo un chico con mucho enojo, estaba furioso y también temblaba de frío, aunque este no fuera tan fuerte.
ーYa dejen de quejarse, me hartan.ー hablo está vez un chico de cabello ondulado negro con mechones amarillos, tapando sus orejas con aburrimiento. (Pereza)
Estos chicos no venían solos, de echo eran 7 cada uno caminaba a su ritmo y cada uno se veía con una expresión diferente, lo único que los hacía iguales era lo guapos que eran, bellos, hermosos, no había elogio que pueda describir su belleza, eran insoñables inimaginables. Tan perfectos que parecían ángeles.
Pero la perfección en exceso es mala, es un pecado. Ellos son un pecado.
ー Ya dejen de lloriquiar como ni...ー El chico anteriormente llamado lujuria detuvo sus palabras y su paso y el de los demás al ver algo que llamó su atención.
Era un chico, pero no uno común y corriente como los demás que hayan visto alguna vez, era rubio y de tez blanca, lo que se lograba apreciar es que su nariz y cachetes estaban rojos por el frío viento que corría y chocaba en su rostro. Se dirigía a cerrar la puerta de lo que parecía ser una iglesia.
El chico no se percató de la presencia de estos chicos, estaba muy concentrado en cerrar aquella puerta como si eso fuera la cosa más interesante en el mundo.
Los demás que acompañaban al chico presentado como Lujuria, se quedaron absortos ante la belleza de este ser, pero de los 7 había uno que sentro mucho más su interés por aquel muchacho, Lujuria, se pasmo mucho más que los demás ante la hermosura de él joven.
