Los pecados capitales vagan continuamente en los ardientes y calurosos lugares del infierno, aburridos de la misma historia, de personas que se dejan llevar al primer instante sin poner resistencia a sus tentaciónes, deciden subir a la tierra y busc...
Los chicos descubrieron miles de cosas en las revistas y periódicos que compraron, como que existen los aviones, que hay libros que hablan sobre los orígenes de los pecados, que hay personas que trabajan en algo llamado TV, que ahora hay presidentes en lugar de faraones y reyes, y que existen los celulares, cosa que Han había comprado porque vio que los chicos de la universidad tenían muchos de esos.
ーY?... que se supone que se hace con esto?ー pregunto Chan, revisando por todos lados el teléfono.
ーNo sé pero, los chicos que estudian con Felix tienen de estosーrespondió Hanーyo solo lo compre porque me gustó.
Por extraño que parezca, Changbin ya había desifrado como utilizarlos y les enseño a los demás como hacerlo, como era obvio los chicos se burlaron e hicieron bromas pero luego tomaron más seriedad y siguieron las instrucciones que el les daba.
Se hundieron tanto en su conversación que olvidaron que habían convertido la habitación de Felix en un desastre, con ropa, bolsas y platitos de comida por todas partes, nadie parecía recordar que en cualquier momento el dueño de la habitación llegaría y vería todo este desorden.
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Felix entro a la iglesia saludo a todos los padres y paso por la puerta trasera que conectaba con el convento.
ーFelix, buenas tardes, como te fue hoy?ー pregunto Mía.
ーBien graciasーcontesto el menor con una pequeña sonrisa.
Y Mía devolvió la sonrisa.
ーLa madre superiora quiere que nos ayudes a mover algunas cosas en la iglesia, ¿puedes?.
ーSi, claro, solo ire a dejar mis cosas en la habitación.
Mía asintió y regreso a hacer lo suyo.
Por su parte Felix no podía pensar en otra cosa más que no fuera lo que Niki le dijo, "tus amigos" no sabía que quería decir eso, pero no era el momento para pensarlo, quizás lo haría más tarde.
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Todos en la habitación reían y bromeaban sobre sus nuevos nombres y sobre las cosas que habían descubierto durante el día.
Pero Hyunjin sentía que ya era momento de decir lo que había echo la noche anterior, debía hacerlo antes de que Felix llegara.
