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KISSES ARE NICE

La mañana era aburrida, le cansaba tener que despertar y vivir lo mismo en bucle.

Estaba bajando las escaleras, con los ánimos por el suelo, pero sintiéndose un poco feliz cuando vio a su madre servirle el desayuno.

La mujer le sonrió con dulzura y le invitó a acercarse.

―¿Cómo está mi bebé? ― pregunta la mujer, plantando un cariñoso beso en la frente de su hijo.

―ya no soy un bebé ― se queja.

―claro, eres un hombrecito ― dice su madre, pero parece lejos de creerlo.

Heeseung se da por vencido y toma asiento en la isla, su madre se apresura a arreglar su cabello mientras el niño come.

―estoy ocupando más gel, aún no entiendo porqué vuelves con el cabello revuelto ¿Te están acosando? ― cuestiona su madre genuinamente preocupada.

Heeseung suelta un suspiro, sus compañeros definitivamente lo harían si se enteran que Heeseung aún es peinado por su madre a los 13 años.

―claro que no ― responde y la mujer suelta un suspiro.

―¿Entonces? ¡Seguro juegas mucho con todos tus amiguitos! ― dice la mujer, pero aquello está incluso más alejado de la realidad.

Heeseung no diría que es un rechazado social ―definitivamente lo es―, simplemente tiene habilidades de conversación nulas, sumando una cantidad exorbitante de miedo a salir de su zona de confort y para terminar con la cereza del pastel, es un hijo único sobreprotegido por su madre.

¿Quién se juntaría con él además de los otros rechazados?

―si....- miente, prefiriendo que su madre no se entere que es un solitario.

Su madre no dudaría en ir a hablar con otros niños para que se junten con él, eso haría que se gane más burlas de las pocas que recibe y no estaba abierto a eso.

Amaba a su madre, pero a veces pensaba que era demasiado, aunque ser peinado por su madre le permitía dormir cinco minutos más.

La mujer le dejaba el cabello fijo hacia atrás y sus gafas no le daban un look agradable, él parecía un jodido nerd -lo era-.

―oh, mi pequeño bebé está grande y ya usa corbata ― dice la mujer, fingiendo que lágrimas caían por sus mejillas.

―es el uniforme ― responde Heeseung, pero la mujer no le presta demasiada atención y sigue en su dramatismo.

Cuando terminó de comer, fue a cepillarse los dientes, casi llora de la pena cuando vio la pasta de dinosaurios que su madre le había comprado la última vez.

¡Fue horrible! Justo se encontraron con unos compañeros de escuela y se ganó una semana de burlas por aquello. Fue jodidamente humillante, aún así, la pasta dental de dinosaurios con sabor a limón era su favorita, pero sus compañeros no debían saberlo.

Se observó en el espejo, intentó sonreír pero rápidamente su ánimo cayó por el suelo, ¡Lucía horriblemente incómodo!

Maldijo internamente, porque se había prometido sonreír ese día.

Sonreírle a alguien.

Bueno, al final luego de unas cuantas sonrisas más al espejo, decidió no sonreír hasta la próxima semana, él aún no estaba listo para hacer el ridículo.

Bajó las gradas de nuevo, con su mochila -que por suerte no era de figuras animadas-, su madre le observó con una sonrisa orgullosa.

―¿Seguro no quieres que te lleve? No me molesta ― se ofrece su madre pero el chico se apresura a negar.

now i know heesunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora