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wish I could know if I could love a rose


El golpe de cosas cayendo al suelo logró que su madre soltara un grito, la mujer lo observó con preocupación pero no pudo hacer demasiado, heeseung estaba corriendo fuera de casa.

No le importó demasiado y se detuvo en frente de la casa de los Kim, su alivio volviendo cuando notó el jardín tan hermoso como siempre. Se preguntó si sería raro tocar la puerta y preguntar por sunoo, como en los viejos tiempos.

Se preguntó si el señor Kim lo sacaría a patadas o si simplemente lo ignorarían hasta deshacerse de él.

Heeseung tomó aire y se permitió tocar el timbre una vez.

dos veces.

tres veces.

Su ceño se frunció, empezando a tocar con insistencia el aparato hasta poder escuchar la voz conocida, pero simplemente parecía no haber nadie.

Nadie.

Sus ojos se abrieron de sobremanera y volvió a tomar su teléfono, recordando la historia de jungwon y riki que le hicieron sentir descolocado. Jungwon había publicado una foto de los cuatro, una foto vieja donde aún eran niños.

Riki por otro lado, había publicado la foto de que se tomaron juntos en aquel viaje a la playa, antes de que todo se fuera a la mierda, antes de que arruinara todo.

Sentía que había fallado, había dejado ir a la persona que tanto amaba por miedo y lo peor es que lo había lastimado.

No quiso insistir con llamadas, está más que claro que ya no estaban aquí, así que simplemente se recostó en la puerta y se deslizó hasta quedar sentado en el frío piso.

Su mirada se enfocó en el hermoso jardín que el señor Kim se esmeró tanto en cuidar. Las rosas rojas seguían tan hermosas como siempre y ni hablar de las enredaderas que le daban un toque distintivo a esa casa en especial.

Ese jardín era tan hermoso, pero justo ahora no se veía tan destellante como solía hacerlo, pues, faltaba la flor más hermosa del jardín.

Heeseung cerró sus ojos, tratando de revivir aquellas veces, dónde simplemente se sentaba en el porche y observaba a sunoo corretear en el jardín mientras ayudaba a su padre a cuidarlo.

Heeseung no tenía permitido tocar el jardín, pues la primera vez que lo hizo, algunos de los rosales terminaron sin rosas por alguna extraña razón, el señor Kim le dijo que no tenía buena mano para las plantas.

A Heeseung le había parecido gracioso aquello, porque al menos podía ver a sunoo sonreír bajo la cálida luz del sol, podía escucharlo hablar sin parar y probablemente sunoo jamás sabría lo importante que fue para él.

Sunoo jamás sabría el amor que Heeseung sentía, o que los sentimientos eran tan vivos que crecían en su pecho con tan solo pensar en él.

Sunoo jamás sabría nada, ellos jamás serían nada más que dos chicos que pudieron tenerlo todo pero al final, lo perdieron.

Heeseung lo lamentaba.

Abrió sus ojos, esperando que un milagro ocurriera y sunoo apareciera frente a él, con su mirada confusa y unas bolsas llenas de comestibles.

"¿Qué haces?" le diría mientras se acerca, Heeseung trataría de limpiar sus lágrimas pero sus quejidos no se callan.

Él necesita....

now i know heesunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora