5: La estilista

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-¡Despierta, acabamos de llegar!

Abrí los ojos, que me dolían de tanta luz. Rupert estaba enfrente mío, su cara iluminada por el sol de la mañana mientras sonreía.

-¿Cómo dices?

-Al Capitolio. Hemos llegado. Llegaremos a la estación en cinco minutos según Ninna.

Me levanté de golpe, chocándome con la cabeza de Rupert por el camino. Ignoré mi dolor mientras buscaba la ropa rápidamente en el armario.

-¡Auch! -se quejó él.

-¡Lárgate! -le grité.

-¿Qué?

-Me voy a vestir idiota.

-Oh, sí. Eh- lo siento, perdona.

-¡Rápido!

-¡Sí, sí ya me voy!

Rupert salió corriendo de la habitación mientras me ponía la ropa lo más rápido que podía. Salí hacia el vagón desayuno todavía poniéndome los calcetines por el camino, mientras intentaba avanzar a la pata coja.

-Ah, estás aquí. -dijo Raldo. Me miró de arriba abajo, como juzgándome, pero no dijo nada.

Entonces miré por la ventana. El tren estaba saliendo del túnel, y estaba llegando a la estación más luminosa que había visto nunca, donde la gente del Capitolio nos esperaba.

Bajé del tren, y fué cuando los escuché gritar.

¡Distrito 9!" "¡Distrito 9!" "El chico es más alto de lo que parece por televisión" "Que guapa está ella" "¿Y le has visto a él?"

-Rupert -le susurré- ¿Estás escuchando lo mismo que yo?

-Sí -me contestó él.

-Toda esta gente tiene más de veinte años.

-Lo sé, es raro.

Tampoco entendía muy bien a qué venían los piropos. Los entendía por parte de Rupert, claro. Él sí era guapo. Puede que no cumpliera la belleza estándar, pero era mono. En cambio, yo me acababa de levantar, tenía los pelos despeinados, y no era nada del otro mundo. No era fea, pero tampoco era algo especial.

Un hombre calvo con tatuajes azules en la cabeza me tocó el hombro y el resto de personas le aplaudieron. Una chica me dijo lo mucho que le había gustado el puñetazo que le había dado "a esa chica fea y mohosa de tu distrito".

Vaya. Eso no me lo esperaba.

Cogímos un coche como transporte que nos llevó al edificio donde todos los tributos estaríamos la última semana antes de ir a la arena. Raldo nos explicó que tendríamos un día bastante ocupado debido al desfile de tributos que se celebraba esa misma noche.

Rupert y yo tuvimos tiempo para acomodarnos en las habitaciones antes de bajar a almorzar con Raldo y Ninna.

-Vuestros estilistas vendrán a recogeros pronto -nos explico Raldo.

-¡Van a dejaros divinos! -dijo Ninna, emocionada. Se había cambiado de look, y ahora vestía de un rojo muy parecido a lo que llevó el año pasado-. Estoy muy emocionada por ver lo que van a hacer con vosotros. Y este año hay cambio de estilistas para el Distrito 9. Espero que os hagan algo mejor que lo que hicieron el año pasado.

Ninna hizo una mueca mientras tomaba un sorbo de su vino. Luego agitó la mano al aire.

-Pero bueno, si no ya me ocuparé yo misma.

Búscame en los campos --- 72 Juegos del HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora