Capítulo tres: El Clan Panda.

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Editado el 9 de febrero de 2024.

Addy.

Addy dice  finalmente—. Soy Blake. Un gusto.

Igualmente digo algo forzada a sonreír. Luego me pongo seria y decido ignorarlo esperando que se dé cuenta de mi desprecio hacia él.

No puede opinar nada al respecto, él no había sido el más educado claramente.

Bueno, ya se conocen —dice mi papá mientras pone su brazo en mi hombro—. Ahora, me voy con Malcom a revisar algunas cosas del hotel.

¿Ya nos conocemos? Ah, mira. Que grandes ideas tienes, papá.

—Así es. Momento de convivir chicos dice Malcom dándose la vuelta junto con mi padre, mientras se ven con una mirada cómplice.

Una vez que desaparecen de nuestra vista, me giro a ver a Blake en un suspiro. ¿De verdad iba a tener que convivir con este sujeto tan odioso?

Nos miramos un rato, literalmente es lo único que hacemos.

Luego de un largo e incómodo silencio, Blake habla.

Así que tú eres la hija de Josh...

¿Era en serio su pregunta? Dios mío.

—Pues sí, quien más podría ser, duh.

—Lamento mi comportamiento de hace rato, sé que no fui el más educado. Prácticamente mi padre me obligó a venir. Empecemos de nuevo, por favor.

Vale, primera cosa en común que tenemos. Nuestros padres nos obligaron a venir.

—Está bien, Blake.

—¿Quieres qué vayamos a almorzar? pregunta Blake con una sonrisa.

Mhmm... Claro digo—. Muero de hambre, la verdad.

Empezamos a caminar en silencio hacia el elevador, no metemos y Blake le pica en el treceavo piso.

¿Eres de Londres, verdad? pregunto recordando la poca información que me había brindado mi padre sobre él.

dijo vivo con mi madre allí.

Debe ser lindo dije—. San Francisco es un caos siempre.

Me imagino dice Blake.

Después de nuestra grandiosa plática de un minuto, nos quedamos en silencio hasta que el ascensor se para en el piso número 10.

Las puertas se abren y un chico bastante atractivo entra.

Tiene el pelo rubio avellanado y unos ojos verdes esmeralda. Su cuerpo musculoso y su altura es lo que hacen que destaque más. 

Al parecer estaba hablando por teléfono pues no nos saluda ni mucho menos nos pide que le piquemos a algún piso.

Ya, ya dijo—. Llámame cuando estés allí.

Apaga su celular al terminar su llamada y nos voltea a ver.

Hola nos saluda.

Hola —contestamos nosotros al unisono.

Soy Theo Donovan. ¿Ustedes como se llaman?

Addeline Hoffman —contesto.

Blake Johannson, un gusto.

Desastroso Verano (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora