Capítulo cinco: La mejor broma de todas.

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Editado el 10 de febrero de 2024

Addy.

Habíamos pasado toda la mañana en la playa, con mucho descontrol. Gracias a Dios había llevado comida suficiente, porque todos arrasaron con ella. Mujer precavida, vale por dos.

Estos chicos eran una locura juntos. Siendo tan opuestos, se llevaban bien, bastante bien. Disfrutaba verlos reír y jugar en el mar, mientras yo estaba sentada tomando el sol. 

Veo que los chicos se acercan y se empiezan a secar. Por fin sería momento de irnos al supermercado. 

Los chicos se empiezan a vestir  y cuando voy a repetir sus acciones, sin previo aviso, Blake me carga como un saco de patatas y con su mano disponible, carga mi mochila que ya no pesaba tanto. 

Empieza a correr hacia las calles. Joder, seguía en bikini.

—Blake, ¡detente en este momento! —digo ya cuando estábamos apunto de entrar a las calles.

—¿Qué? ¿Por qué? —pregunta riéndose de mí.

—¡No te rías! No sé si lo notaste, pero hay un pequeño detalle... Aún sigo en bikini —digo bastante obvia—. No puedo estar en la calle así. ¡Sería una vergüenza!

—Oh cierto, ¡lo había olvidado! —dice frenando repentinamente. 

Acto seguido, quedo parada de manos porque me había soltado y había deslizado por su espalda. Bueno, para algo tome clases de gimnasia, ¿no es así? Era momento de actuar.

Como puedo, dejo mis piernas caer, termino haciendo un arco y luego me levanto de éste. Cuando por fin me encuentro de pie, suspiro. 

—¡Dios, Addy! ¿Estás loca? —dice Peter riéndose de mi intento de ser gimnasta un día.

—No, no lo estoy. Soy sólo una chica normal —digo mientras me ponía mi vestido que se encontraba en mi bolso. Me pongo mis sandalias y mis lentes de sol, después me dispuse a caminar.

Los chicos me siguen y el camino se basa en quejas de que hace mucho calor y que mejor nos hubiéramos ido en auto. Lo que es ser flojo, porque el supermercado se encontraba en la esquina del hotel 

Cuando llegamos, los chicos cantan victoriosos porque adentro había aire acondicionado. Que quejumbrosos me salieron, Dios.

—Bien chicos, es momento de trabajar. Peter y Maddie, irán por pintura roja. No quiero un bote pequeño, hablo de litros... Necesitamos que esto sea a lo grande —digo viéndolos fijamente. Ellos asienten y se van corriendo en busca de la pintura.

—Theo y Alice, ustedes irán por espuma y extintores. Necesitamos 50 lacas de espuma y 15 extintores —dije. 

—A la orden mi capitán —Theo dice y seguido de esto, desaparecen de mi vista.

—Y ahora... Tú y yo iremos por pelotas, sogas, cubetas y comida para la noche. Vamos a celebrar victoriosos —digo hacía Blake muy emocionada por mi idea.

—Vayamos —dice mientras toma un carrito y lo empieza empujar.

Fuimos directo a la sección de niño en busca de las pelotas de plástico para la broma. Para mi mayor desgracia, las pelotas que quería se encontraban hasta arriba del estante  y posiblemente fuera de mi alcance. Trato de ser alguien independiente y bronco varias veces sin ningún avance.

Ni si quiera podía tocarlas.

—Ya deja de intentarlo Addy, admite que me necesitas —Blake menciona con un ego más que enorme.

Desastroso Verano (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora