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- No lo hará pero si lo hace soy un Omega fuerte, primero estoy yo, me alejaría al instante.

Asintió abrazando a su cachorro, el tiempo pasaba muy rápido.

- De acuerdo hijo, vamos a comer, no tarda en llegar tu papi y tu hermano- Asintió con una sonrisa, adoraba a su pequeña manada.

Ambos sabían que pronto se iría, que esas comidas por la tarde ya no serían tan seguido como ambos querían.

Al vivir en Francia las cosas cambiarían mucho.

Lionel llegó con Carlos corriendo como todo un torbellino, se abrazó a su padre Alfa y este lo cargaba, dando pequeñas lanzadas al aire.

Comiendo, hablando sobre el futuro de Diego, en unos meses se mudaría a Francia, apenas y presentara el examen y lo pasara.

Optaron por los primeros meses mandar quien esté al pendiente de él, pero al momento de que el cortejo termine ya no tendrían que hacerlo.

[•••]

Las semanas pasaron y el tan temido celo del Omega llegó.

Esa mañana la sintió diferente a las anteriores que presentaba el inicio de su celo.

Corrió con las pocas fuerzas que tenía directo a devolver su estómago, se sentía tan mal, por fortuna había ahí un botón, cuando se calmo lo aplanó.

Se estaba lavando los dientes cuando su padre Omega llegó, al verlo lo único que pudo hacer fue soltar el cepillo, dar un paso y caer en sus brazos desmayado.

Su padre Alfa estaba afuera, listo para irse a la casa de enfrente y llevarse a Carlitos con él, pero al escuchar los gritos de su esposo detuvo sus pasos que iban a la habitación de su hijo menor.

Al abrir la puerta observó con horror como su hijo estaba completamente pálido, yacía desmayado en los brazos de su padre que de igual manera estaba tirado en el piso, llorando en completo pánico.

- Tranquilo, mi vida, llámale al imbécil, porfavor.

Asintió corriendo por su celular, mientras Guillermo recostaba a su hijo.

Él le llamó a Scaloni, el primero en llegar fue André que se encontraba más cerca, lamentaba llamar a Scaloni tan temprano, eran las 6:00 a.m. cuando André llegó, observando la palidez del chico se preocupó de inmediato.

- No tarda Scaloni, mientras impregna la habitación con tu aroma, saca las prendas que traes contigo, ponlas cerca de mi hijo - Mencionó Guillermo saliendo de la habitación.

Lionel se tomó un supresor para esconder su aroma y se quedó en un rincón de la habitación.

Al hacer lo que Guillermo le pidió el semblante del chico cambio, se veía más tranquilo, pero la palidez no cambiaba.

Al llegar Scaloni al checar su pulso notaron como casi traga con dificultad, tanto Lionel como André pusieron cara de pánico. - Tranquilos, lo tengo que internar.

- ¿Pero que pasa?- Mencionaron al unísono, Guillermo que se había ya tomado un supresor y mantenido en el marco de la puerta, entró con rapidez, poniéndose a lado de su esposo para abrazarlo, que de pronto comenzó a temblar.

- Tranquilos, porfavor, su pulso es bajo, su Omega interior se está debilitando.

- ¿Que quiere decir?- Preguntó Guillermo con los labios apretados, André nisiquiera podia hablar, sabía hacía donde iba, había investigado con su médico.

- Que necesita pasar el celo internado, completamente dormido, con suero y con su Alfa en todo momento dándole calor y un nido o...

- ¿O?- La paciencia de Guillermo se estaba terminando

Te pertenezco- Diego X Gignac Donde viven las historias. Descúbrelo ahora