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- Quiero ser tu omega, no puedo esperar, ya lo hemos hecho mucho.

El Alfa sonrió radiante, no había nada que no hiciera por complacer a su Omega, a la vez, que él tampoco podría vivir sin su Alfa.

Acaricio su mano izquierda colocando encima del anillo de cortejo un anillo de compromiso, con una enorme piedra en tono azul, rodeada de diamantes tornasol de más pequeños.

-Oh, Alfa

- Este es el de compromiso

- Me encanta,te amo

- Yo también te Amo

Besó su mejilla repetidas veces causando su risa. - Entonces, ¿Nos fugamos a las Vegas?

El Omega volvió a reír - Obviamente no, mi padre Lio jamás me lo perdonaría, supervisó religiosamente la boda de Pablo, imagino que quiere hacer lo mismo con la nuestra.

- La nuestra- El Alfa repitió con una sonrisa en el rostro, Diego hizo lo mismo, sonaba perfecto.

- Hablaré con él, para ver si es posible planear la boda en pocos meses, porque dudo que se pueda en semanas.

- Si quieres que nos casemos antes de mudarnos a Francia por mi es perfecto, lo que tú quieras Mon Amour -El Omega sonrió enternecido, ese Alfa siempre le daba gusto y lo complacía.

Lo amaba.

Continuaron cenando y charlando, pero por un momento su mirada se enfocó en las manos de su Alfa.

Sin querer mordió su labio, debía salir de ahí.

- No tardo - Mencionó poniéndose de pie

Copió su gesto con caballerosidad - ¿Todo bien Mon Amour?

- Si, sólo voy al sanitario

- Te acompaño

- No te preocupes Alfa, la puerta está justo ahí - Sonrió, ese Alfa era todo un caso. El camino era largo ya que trabvesaba la enorme terraza pero la.puerts la podía observar perfectamente.

Agradeció controlar su aroma, había mejorado mucho.

Se había excitado única y exclusivamente al observar sus manos, sus dedos gruesos y alargados que lo habían hecho ver el cielo.

Lamentaba no tener tantos recuerdos como quisiera.

Aunque su Omega le había mostrado una muy buena parte, necesitaba tenerlo para él una noche, esperaba que ésta noche fuera suyo.

Al entrar al sanitario tomó su celular, esperaba que André no escuchara gracias a su buen oído, agradecía la música aún así decidió hablar bajo.

- Hijo, más tarde los esperamos

- No podremos ir, papi estoy muy cansado, estamos hablando de la boda, lo más probable es que nos casemos antes de que vaya a la universidad ¿o prefieres que sea después?

Lionel se sorprendió, alertando a Guillermo, que sin querer escuchó lo que su hijo decía, ya que Lionel contestaba con volumen alto las llamadas - Pero hijo, tengo pocas semanas para preparar todo, aunque podría contratar al mejor planeador de España y con la ayuda de los Omegas, podríamos hacerlo, debo darme prisa. Mañana los esperamos para desayunar.

Al colgar Guillermo observaba su plato a medio comer, ya había perdido a su segundo hijo.

- Tranquilo mi vida, ya sabíamos que aquello iba a pasar.

- Si, sabíamos que no lo iba a volver a traer a casa, ahorita mismo iré por él.

El Omega rodó los ojos - No, mi amor no es necesario, mañana hablamos con él, se casarán pronto, yo lo arreglo.

Te pertenezco- Diego X Gignac Donde viven las historias. Descúbrelo ahora