sour candy,

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JungKook se encuentra silbando campantemente, ignorando como siempre las miradas que siente sobre él. Es una persona llamativa, así que es normal que atraiga la atención de los demás. Claro, su vibrante cabello púrpura e inmaculada personalidad solo añaden a su atractivo. ¿Le extraña? Por supuesto que no, ya está acostumbrado. Su cara bonita es tanto su bendición como su maldición. ¿Quién lo manda a ser tan lindo?

Sin embargo, hoy se sienten un poquito más considerativas que en ocasiones anteriores. Mira ligeramente a las personas a su alrededor y nota cómo algunos cuchichean y otros cuantos más portan en sus rostros expresiones difíciles de descifrar. Como sea, le resta importancia y sigue su camino cuando una figura familiar entra en su campo de visión.

—¡Hyung!

YoonGi se voltea ante la llamada, y al ver quién es el que lo nombra, se gira nuevamente y acelera el paso—. Nop, no. Adiós.

La boca de JungKook forma una "O" con sorpresa antes de apurarse para alcanzarlo.

—¡Oye! ¿Por qué me huyes?

—No quiero que me des algún otro consejo absurdo. Eres peligroso. Adiós —le responde sin siquiera mirarlo.

—¿Consejo? ¿De qué hablas? —JungKook logra adelantársele y se pone frente a él, bloqueando su paso.

YoonGi bufa y se revuelve el cabello con frustración—. ¿Que de qué hablo? ¡Lo de HoSeok!

—¿HoSeok? —Frunce el ceño un segundo y luego sus ojos se agrandan—. ¡Oh, cierto! Ya recuerdo. —Pone una sonrisa pícara y alza sus cejas varias veces de forma sugestiva—. ¿Yyy? ¿Tuviste o no tuviste el polvo de tu vida esa noche? De nada, por cierto.

El pelinegro lo mira inexpresivo—. No tengo nada que agradecerte porque no pasó nada.

—¿Cómo que no? ¡Si cuando fui a la sala YouRa estaba sola y HoSeok no estaba por ningún lugar!

YoonGi suspira y se agarra el puente de la nariz, como si quisiera borrar de su mente cada recuerdo de ese momento—. Jesús. Ok, sí lo busqué y me lo llevé. No sé por qué carajo te hice caso, pero te juro que le iba a decir todo a HoSeok. Subimos al segundo piso, y cuando agarré su camisa para decirle, tartamudeé como estúpido y...

—¿Y...? ¿Y qué? ¿Qué pasó?

El mayor cierra los ojos con vergüenza—. Lo vomité.

Hay unos segundos de silencio entre ellos hasta que JungKook abre la boca para gritar—: ¡¿Le vomitaste encima?!

—¡Ugh, sí! Por favor no lo repitas que me dan ganas de matarme —exclama mortificado—. Y creo que después me ayudó a limpiarme y me dormí. ¡Ni siquiera se enojó conmigo! Mierda, ¿qué hice? —lloriquea un poco.

—Dios, qué vergüenza —comenta con una mueca, avanzando con YoonGi a su lado—. Yo no mostraría mi cara cerca de él de nuevo, YoonGi-ssi, si quieres mi consejo.

—No quiero tu maldito consejo. ¡Todo es tu culpa! Hice el ridículo por tu culpa. —JungKook jadea ofendido, pero el mayor lo ignora—. No vuelvas a darles consejos a la gente. Eres pésimo. ¿Cómo se te ocurrió que eso saldría bien? Aunque el idiota soy yo. Odio la idea de ser un rompe-relaciones. ¿Por qué te hice caso? —continúa quejándose.

—Yo solo estaba tratando de ayudar. Tenías un problema y yo te brindé la solución. Sencillo. —Encoge sus hombros.

YoonGi sacude la cabeza y resopla—. Era una terrible solución. A propósito —le dedica una mirada sospechosa a JungKook y este alza una ceja, esperando—, mencionaste algo extraño esa noche.

b!tch : jinkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora