1.I HATE THE FUCKING FARMS

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-͟͞͞★𝘈ɹ𝙖𝘣ĕ𝚕𝚕𝙖-͟͞͞★

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Desde pequeña tengo claro que no soy quien mis padres esperaban que sea. Siempre fue confuso para mi como no me parecía en nada a ninguna de mis dos hermanas. Ellas eran idénticas a mi madre; piel morena, cabello negro azabache y ojos oscuros.

Yo tenía piel pálida, blanca como papel, cabello castaño, ojos azules y no cualquier azul; azul eléctrico. Mi tío Richard solía decirme que podía hipnotizar a cualquiera con ellos.

Al ver como mis hermanas eran todo lo que mi madre quería mientras yo siempre era apartada me hizo enfrascarme en mi propio mundo sin nunca salir.

A los 10 años deje de iniciar conversaciones o tratar de seguirlas.

A los 12 años solo emitía palabras como: si o no

A los 14 simplemente no hablaba

Lo gracioso es que nadie nunca me pregunto porque solo me dejaron tranquila sin preocuparse por lo que me sucedía.

No me malinterpreten, adoro a mis hermanas pero suelen estar muy enfocadas en lo suyo sin preocuparse mucho por ver alrededor, sin embargo la hermana con la que más apegada soy siempre fue Jackie, ella siempre me pregunta por mis notas, especialmente las notas, por mi día y por como estaba.

Suele recibir sólo asentimientos y negaciones pero se que es su forma de no perder conexión conmigo como hicieron los demás.

Todos, menos mi tío Richard. Adoro a mi tío, el me entiende, siempre sabe lo que estoy pensando cosa que nadie más sabe.

Lo primero aparte de nuestra apariencia que me hizo notar que era diferente a mi familia eran mis gustos en general, siempre amé la moda cosa que compartía con toda mi familia, en especial con mi madre. Cuando le dije que a eso pretendía dedicarme salto de emoción y me abrazo por minutos, eso hasta que vio mis diseños, eran todo lo contrario a los de ella, al estilo familiar que contaba con colores pasteles, cabello perfectamente peinado, maquillaje sencillo, chalecos de lana, vestidos largos y básicamente todo lo que piensas al recordar la moda en los años 50, no lo critico para nada, a ellos les luce pero no era lo que a mi me gustaba.

Yo amaba los colores fríos, encajes, brillo, estampados, cuero, cabello desordenado, maquillaje notorio, lápiz negro en la línea de agua y labios rojos, no rojos vibrantes, rojo vino tinto.

Al notar como nadie parecía notar mi ausencia o presencia empecé a desaparecer por las noches volviendo en la mañana muy temprano, eso desde los trece.

Asistía a fiestas donde consumía, bebía, fumaba y tenía sexo con el que se me pusiera enfrente, no me siento para nada orgullosa por cierto. Así seguí, sin emitir palabra, metiéndome basura en el cuerpo todos los días, con alta probabilidad de contraer herpes y una identidad falsa.

ARABELLA-Isaac García, Cole WalterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora