━━𝙒𝙖𝙧𝙢𝙩𝙝 | portgas d. ace

III: Barbablanca

El silencio abarcaba a ambos mientras caminaban en dirección a la cubierta, los ojos cobrizos solo miraban la espalda musculosa y ancha de su salvador con aquel tatuaje enorme del símbolo de Barbablanca.

Si había algo que creía, era en que de manera inconsciente Ace tenía cierto magnetismo, algo que te hacía mirarlo aún sin intentarlo en lo absoluto.

Tal pensamiento le hizo colorarse, se supone que sus encantos de media sirena debían funcionar en él pero... no pasaba nada, y eso le asustaba.

Si un hombre no se sentía atraído por los encantos de una mermoniana, significaba que era el destino de encontrarse según contaba una leyenda propia de su extinto clan.

───Imposible... ───Murmuró para sí misma, negando cualquier posibilidad de estar unida al destino de ese hombre.

───¿Dijiste algo, sirenita? ───La voz grave pero gentil de Ace la hizo sobresaltarse un poco, y rápidamente negó con la cabeza.

Se apresuró en colocarse a su lado, evitando mirarle al rostro.───No, nada importante.

¿Por qué ese apodo?

Antes de que pudiera seguirle dando vueltas al asunto, ya estaban en la cubierta donde otros tripulantes se encontraban; al parecer estaban de forma circular alrededor del que parecía ser el capitán.

Sus ojos se encontraron con la figura enorme y musculosa de un anciano, conectado a máquinas medicas y un respirador que no hacía ocultar aquel bigote o... ¿barba? Que portaba.

Era el mismísimo Barbablanca, uno de los cuatro emperadores del mar.

───Oye, viejo, deberías estar en tu camarote descansando. ───Ace por su parte no tardó en hacer un comentario jocoso hacia quien consideraba su padre, el cual solo se limitó a gruñir de manera tranquila.

───Mocoso engreído, puedo causar caos aún con mi edad. ───Y su respuesta no fue mordaz, incluso tenía un atisbo de broma.

El azabache solo se rió ante la respuesta, mientras que miró de reojo a la chica a su lado.

───Viejo, aquí está la chica que rescatamos de esos piratas que invadieron tu territorio, ella desea hablar contigo. ───Cuando Ace soltó esas palabras, Nahir pensó que había sido mala idea ir a ver a Barbablanca.

La mirada del capitán se posó sobre la figura pequeña de la fémina, la cual se sintió intimidada por esa mirada tan filosa como si pudiera traspasar el alma, pero aún así no dejó que eso siguiera intimidándola.

───Tu comandante dice que seré su mano derecha, ¿cómo es posible cuando ni siquiera estuve enterada de esto? ───Directa y sin tapujos, a pesar de lo intimidante que podía ser Barbablanca ella no se echaría para atrás con su pensar.

Y eso causó gracia en el capitán, provocando que riera un poco ante lo osada que era esa muchachita.

───Yo puedo ver cosas que ustedes los jóvenes no notan, niña, y además... ¿a dónde irás? Soy reconocido por todos los mares, y quien osa a dañar a mis hijos sufrirán las consecuencias así que... dime, pequeña. ───Edward Newgate se inclinó apoyando su codo sobre su rodilla, mirando a la chica con seriedad.─── ¿no te gustaría estar aquí y ser una de mis hijos?

Aquella pregunta le hizo abrir más los ojos en sorpresa, tal invitación estaba siendo ofrecida por uno de los más temidos piratas de todos los mares... ¿y era para ella?

¿Cómo podría ser eso posible?

Ace por su parte, aclaró la garganta llamando la atención de Barbablanca.───Padre, ella desconfía de los piratas y cree que vamos a usarla, ¿crees que puedas convencerla?

Barbablanca solo rió de manera gutural, observando a la fierecilla de cabellos rojizos que estaba consternada por todo lo que ocurría frente a sus ojos, ¿por qué...?

───Pues, conocí tu isla hace muchos años atrás cuando era algo más joven, las mujeres mermonianas eran mi debilidad. ───Rió entre dientes, recordando esos momentos de su juventud.─── era un lugar hermoso lleno de manantiales, arquitectura y demás, era la Atlántida en la superficie.

El recordar su tierra la hizo sentir sus ojos llenar de líquido lagrimal, todas sus memorias allí que aún perduraban en su corazón volvían a manifestarse, y Newgate y Ace lo notaron al verla.

───Nahir... ───Con sumo cuidado, el pecoso colocó un brazo fuerte sobre los hombros de la chica para darle algo de confort.

───Lo que hicieron esos bastardos con tu pueblo y contigo fue imperdonable, y ya pagaron por ello así que, por eso te ofrezco que te quedes con nosotros y seas la mano derecha de este mocoso rebelde, estoy seguro que podrás evitar que se meta en problemas muy serios.

Nahir se quedó muda ante esas palabras, y tenía que admitir la sinceridad que había en ellas por mucho que no concibiera esa idea, pero era cierto.

¿A dónde más iría?

En su cuello reposaba un collar que hasta ahora pudo recordar que tenía, ya que casi no tenía sensación en la piel debido a las torturas que sufrió, pero ahora su piel se había regenerado bastante y palpó aquel collar con una piedra azul y transparente, envolviendo una escama de sirena.

Lo único que le quedaba de su isla, de su hogar.

───Está bien, yo... gracias. ───Mordió su labio inferior, presa de tantas emociones.

Y por primera vez, pudo llorar con todas sus fuerzas a la par que dejaba salir en gritos todo lo que tenía acumulado, dejándose abrazar por Ace en todo ese momento.

La culpa, las vidas inocentes que tomó, todo lo dejó salir para comenzar su proceso de sanación interna y por fin ser libre del dolor.

Perdonen lo corto y lo mucho que me tardé pero aquí está, Nahir es oficialmente parte de los piratas de Barbablanca! ✨✨ Comenten y voten por fa, gracias por leer y feliz año nuevo 🥳