━━𝙒𝙖𝙧𝙢𝙩𝙝 | portgas d. ace

Final: Warmth

Una sonrisa cruzó sus labios al momento de abrir los ojos, el vestido blanco veraniego y el sombrero de Ace reposando sobre su cabeza le hizo sentirse viva de alguna manera, a ella y a la memoria de su amado el cual tenía ahora una lápida junto a la de Barbablanca en Marine Ford.

───Me uní a Luffy, Ace... soy una Mugiwara de ahora en adelante, y él y yo iremos a reunirnos con los demás en un tiempo no lejano. Por ahora, entrenamos con Rayleigh. ─── Depositó de nuevo el sombrero sobre la lápida de Ace, donde también reposaba su daga y collar de perlas rojas.─── padre y tú pueden descansar en paz, sigo siendo la dueña de mi libertad.

Respiró profundo el aroma del mar salado entrando a sus fosas nasales, sonriendo antes de girarse y ver a Luffy sentado en posición india mientras esperaba por ella a que terminara de dar sus salutaciones finales a ambas tumbas sonriendo ampliamente. Nahir tenía también el deber de cuidar a Luffy ahora que ella era su hermana mayor, y haría lo posible para que él estuviera bien y feliz, y también que cumpliera su sueño de ser el nuevo rey de los piratas.

───Cuando sea rey de los piratas, vendremos aquí de nuevo a decirle a Ace que lo logramos. ───Aseguró el azabache menor poniéndose de pie, mientras Nahir sonreía de lado viendo al mar.

Recordaba ese tiempo en Alabasta, cómo se sintieron parte de una tripulación pese a pertenecer a dos distintas, fue un presagio de que ella también sería parte de aquella tripulación.

───Es una promesa. Volveremos aquí una vez que lo cumplas, Luffy.

Con aquellas palabras, ambos se retiraron del lugar antes de que la Marina decidiera romper sus promesas como siempre podría suceder, una organización tan corrupta que necesitaba con urgencia ser limpiada por dentro completamente.

Y ni hablar de los del gobierno mundial, todos debían ser derrotados para que hubiera libertad para todos como debería ser, y sin aprovecharse de los puestos importantes como forma de hacer lo que les plazca.

Nahir se juró a sí misma que vengaría a Ace y a Barbablanca, y también juró detener a Teach costara lo que costara para que así no llegara más lejos con sus fechorías. Alguien como él no podría convertirse jamás en el rey de los piratas.

Y con eso dos años pasaron, dos años donde Nahir pudo sanar las heridas de su corazón a la par que se veía en el espejo dejando las tijeras sobre el lavabo del baño, yendo ahora al espejo de cuerpo completo de la habitación donde estaba.