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♡︎ ﹔¿E̶n̶ ̶u̶n̶ ̶e̶s̶t̶i̶l̶o̶ ̶d̶i̶f̶e̶r̶e̶n̶t̶e̶?/ En la playa. Objetivo ── Alemania.
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''¿Por qué?''
Pregunta que divagaba en la mente de aquel europeo.
Alemania y Venezuela decidieron ir un rato a la playa para pasar la tarde y disfrutar del cálido día, como cosa que haría cualquier venezolano sin tener ni un bolívar en el fundillo.
Aunque alguien muy parecido a la bandera del alemán atrajo la atención del habla hispana, quién de rodillas dicho estado le exigió muchas veces a Venezuela si podía ir con ellos. Entre los dos no estaban muy convencidos si llevar al mirandino a la playa, pero al final no había qué de otra, trayendo la ladilla de uno de sus estados en el carro.
Sin embargo, el de gafas sabía muy bien cómo eran cada uno los estados de su pareja, a veces dudaba si Miranda le tenía rabia por conllevar las banderas casi iguales, incluso el mirandino bromeaba de que era hijo de él, algo inútilmente gracioso.
Cuando llegaron al lugar, se acomodaron donde quisieron y sacaron lo necesario para así mantenerse relajados ante preciosa vista de la playa, Miranda no soportó esperar tanto para que el alemán le echara protector solar en todo su cuerpo y sin más se fue corriendo hacia las esquinas para bañarse entre las olas saladas.
━ ¡Luego no vengas a estar diciendo que te arde la piel! ━gritó el venezolano, sentándose en su silla para conversar de cualquier tema con el europeo.
Todo era muy bonito, una tarde ''familiar'', algo demasiado espectacular.
Pero de pronto las cosas dieron un rotundo giro en tan pocas horas, ahora ya teniendo al alemán abajo de la arena puesto que el mirandino deseó jugar con él.
Sentía que en cualquier momento podría morir asfixiado por tener un montón de arena encima.
¿Cómo y por qué a Miranda se le ocurrió hacer eso? No tenía idea, pero por ser el novio de Venezuela acontecía por obedecerle, aunque eso no era siempre.
━ ¿Te estás asfixiando? ━preguntó el pequeño mirandino.
Para el alemán le pareció una pregunta muy absurda, que sin pensarlo dos veces le contestó de mala gana━ ¿No parece?
━ No. ━y siguió echando más arena en el cuello de este.
Ya no sabía si pedir ayuda o aceptar su destino, trataba de darle muchas señales al tricolor con los ojos o tosiendo fuertemente, pero este ni siquiera andaba pendiente, lo único que importaba era el diablito que le echaba a su hermoso y preciado pan.
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