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♡︎ ﹔Mirándose a los ojos. Objetivo ── Bélgica.
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— Nunca había visto a alguien tener los ojos de color gris.
Dijo el venezolano.
Sus mejillas se ruborizaron ante tal halago, las manos suaves del menor sujetaban su rostro, visualizaba cada detalle de este. Era sumamente extraño ya que nunca permitía que alguien le tocase la cara, pero quizás Venezuela era una excepción para él.
— Son demasiado bonitos. —recalcó el de 8 estrellas, sin quitar el contacto visual con el europeo.
— Los tuyos también. —habló el belga.
Dicho tricolor bufó alegre y se apartó sin más para sentarse al lado del mayor en estatura, ya era suficiente por permitir estar más cerca contra su espacio personal. Sin embargo, cada vez que miraba al de franjas de color negro, amarillo y rojo en su bandera no podía evitar admirar sus dulces ojos grisáceos.
Le era asombroso que para alguien como el europeo le quedaba súper bien ese tono de color en sus iris oculares.
Y para Bélgica era muy adictivo quedarse estancado admirando los ojos ámbar del contrario, se proyectaba increíblemente ante el brillo de sol.
Parecía que entre tantas miradas podían compartir sentimientos mutuos.
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