Estaba completamente enamorado, podía ver cualquier perfección en aquel chico. Sus preciados ojos color ámbar lo hipnotizaban, era su parte favorita a la hora de visualizar al tricolor.
Pero el venezolano solo era su amigo.
Sacó unas hojas blancas, seguido de unas pinturas acrílicas, pinceles y otras cosas más para así comenzar a dibujar lo que desearan. Jamaica había planeado una salida cerca del río a fin de estar a solas con el latino. No podía negar la felicidad que deslizaba por toda su piel al tener en frente aquella persona que le llamaba la atención, pero lastimosamente tenía que disimular para no salir lastimado ante un rechazo por parte del contrario.
Le había comentado al venezolano si le gustaba pintar, a lo que el menor le respondió que sí.
Y aquí estaban, disfrutando del sonido producido por la corriente de agua que salía a través de las rocas, los pájaros cantar su sinfonía y el preciado aire que golpeaba en sus rostros.
Venezuela desde un principio no tenía idea a dónde el caribeño lo iba a llevar, se comenzaron a hablar hace semanas y le pareció interesante notar la cortesía e interés que el jamaicano trasmitía hablándole sobre sus intereses, su personalidad y la vibra que conllevaba hacia cualquier lugar.
Un chico encantador, pensaba.
Inició por utilizar la pintura verde entre el papel blanco y desplazar el pincel a los lugares correctos. Dichos countrys se mantenían concentrados con lo que estaban haciendo, mostrarían sus dibujos al final para así dar un breve comienzo sobre lo que caracteriza el desarrollo del arte. El de 8 estrellas recordaba brevemente cuando dibujaba cualquier cosa de niño, esta ocasión revivió sus preciados recuerdos ocultos al mantenerlos guardados en lo más profundo de su corazón.
Al colorear algunos rincones de la hoja, presenció en el dibujo una cálida sensación; abriendo una leve grieta en sus recuerdos sobre lo débil que era al extrañar cosas que ya no existían, pero no podía hacer más nada, lo único que quedaba era seguir recordando los pocos momentos en los que fue feliz.
Jamaica pudo terminar primero su dibujo: un paisaje en la montaña. Los colores resaltaban muy bien en aquel papel liso, recibiendo muchos halagos por parte del latino.
━ ¡Está súper chévere marico! ━dijo.
El contrario trató de no sonrojarse, mirando hacia otro lado para sacar una risa nerviosa━ Muchas gracias, pequeño. ━al darse cuenta del sobrenombre que le puso al venezolano tartamudeó algunas palabras para hacerle saber que no le dijo aquello con malas intenciones, tal latino le comentó que no se preocupara, no lo veía tan mal que le haya dicho eso.
Soltó un gran suspiro de alivio y dejó en una esquina su dibujo━ ¿Puedo ver el tuyo?
El contrario sobresaltó y le pidió unos minutos más para finalizar de colocar algunos toques, teniendo el acontecimiento del jamaicano. Posicionó los pinceles en el césped y enseñó su ilustración.
Pensó que el dibujo estaba horrible al ver que su amigo no dijo nada al respecto, pero de repente vio que este sacó su celular y lo puso en frente para tomarle varias fotos.
━ ¿Que tai' haciendo? ━alzó una ceja de confusión.
━ ¿Un girasol? Te quedó muy hermoso. ━respondió Jamaica, siguiendo por tomar muchas fotos al dibujo de girasol que realizó el latinoamericano.
''¿Escuché bien?'' Razonaba en su mente, Venezuela sonrió con ternura y sintió su piel erizarse por escuchar esas dulces palabras.
━ Es mi flor favorita... ━comentó, el jamaicano apagó su celular para mirar con asombro al menor.
━ ¡Wow! Tienes un buen gusto para elegir al girasol como tu flor favorita. ━el venezolano tapó su rostro por los nervios, nunca antes se había sentido tan elogiado.
Podía definir que el caribeño eligió un lugar perfecto y un pasatiempo entretenido para pasar el día juntos. Sí que lo sorprendió a pesar de ser un detalle básico.
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