Mal día para que se vaya la luz y esté cayendo un palo e' agua.
El venezolano preparó un vaso de café con leche para dos personas, había invitado a su amiga suiza para pasar un rato viendo películas en su casa, pero de pronto anocheció, se fue la luz y pa' rematar comenzó a llover fuertemente.
Venezuela le permitió a la chica quedarse en su casa, no tenía ningún problema en que otras personas se quedaran en su residencia, al menos no sentiría la completa soledad de todos los días.
━ Espero que no te moleste estar aquí. ━el tricolor se encaminó hacia la sala para decir aquello y entregarle el vaso con dicha bebida a la menor en estatura━ Casi siempre se va la luz por aquí en mi barrio.
Suiza negó con su cabeza, no le importaba si ahora se encontraban en completa oscuridad mientras miraban el gran ventanal que situaba en la sala. Se sentía tranquila y espaciosa, nunca había presenciado tanta quietud en un lugar, acomodándose más en su sitio y abrazándose a sí misma, el frío ya estaba inundando en cada esquina del lugar y el venezolano no tardó en darse cuenta sobre esto.
━ ¿Tienes frío? ━preocupado, preguntó el hispanohablante.
━ Tranquilo, estoy acostumbrada━ era verdad, su cuerpo podía mantenerse estable con temperaturas muy bajas.
Aún así, el tricolor era muy terco en este tipo de situaciones y se sentó a su lado para compartir un poco del calor de sus cuerpos. La fémina rió cuando este hizo un sonido con la boca tomando su café, continuando con lo suyo y adentrándose en sus pensamientos.
Al terminar sus bebidas, las conversaciones dieron su final y una chica entre la penumbra del lugar se estaba quedando dormida, el sofá mantenía una cálida proporción entre las pieles que hace que se sintiera muy cómoda estando encima en él, pero al cerrar sus dulces ojos confió en sí misma y sin darse cuenta se acurrucó entre el pecho caliente del latino.
Este abrió sus ojos como platos tratando de entender la situación, pero al percatarse de los suspiros adormilados que salían por los labios de la europea decidió quedarse quietecito y seguir observando la lluvia caer delicadamente por el suelo en las fueras de su casa. Esperaría hasta que llegara la luz y así llevarla a una habitación para que durmiera con tranquilidad en un colchón espacioso.
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