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♡︎ ﹔En uno de sus cumpleaños. Objetivo ── China.
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Miraba cada país buscando a una persona en específica, el ruso notó su comportamiento extraño y le exigió tranquilizarse. No quería permitir sentirse triste debido a la ausencia del venezolano, pero sí había deseado que este se encontrara en su cumpleaños, aunque sea esta vez.
''Quizás será para otro momento'' pensó desanimado, viendo como la japonesa prendía la vela de su pastel de cumpleaños.
Sonrió cuando todos comenzaron a cantar, pero pudo distinguir aquella voz lejana que tanto le gustaba escuchar en sus momentos más difíciles. Levantó su cabeza para averiguar si no se estaba equivocado, obteniendo la vista en la silueta de dicho conocido.
Venezuela cantaba con mucha emoción la canción de feliz cumpleaños entre toda la multitud, subiéndole el ánimo al máximo a China y al terminar inhaló aire para luego soplar fuertemente las velas.
Lo que no quería era estropear el pastel, pero lastimosamente los demás países empujaron su cabeza en medio de este, quedando completamente lleno de aquel dulce.
— 狗娘養的兒子們. (Hijos de puta.) —susurró, quitándose poco a poco todo el glaseado que quedó en su rostro con un pequeño trapo.
El tricolor se acercó riéndose de este, algo que no fue de buen gusto para el chino, pero no le importó. Se abrazaron entre sí con fuerza, escuchando como el menor lo felicitó por otro año más de vida.
China nunca fue de sonreír mucho, pero este día sintió que excedió el límite de sonrisas por la asistencia de Venezuela en su deseado cumpleaños.
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