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♡︎ ﹔Agarrados de las manos. Objetivo ── Corea del Sur.
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Cauteloso día, oportunidad para invitarlo a salir.
¿Cómo fue posible que dicho latino haya aceptado pasear con el coreano por la ciudad? Sumamente imposible pero un sueño hecho realidad para el asiático.
Este era su día de suerte, trataría de sorprenderlo lo más que pueda o simplemente desmostar ser únicamente él. A Venezuela le gustaba que sean sinceros consigo mismos.
Antes de reencontrarse, el coreano le preguntó por breves mensajes de texto si estaría más cómodo paseando en el carro o solo caminar, a lo que el de 8 estrellas le respondió que cualquiera le era adecuado. Se estaba esforzando para verse bien ante Venezuela, educado, pero no engreído, decidiendo pasar el día sin estar dentro de un auto.
No recordaba haber sentido tantos nervios desde hace años, las flechas del amor impactaron justo en su noble corazón al ver aquel chico tan tierno.
Quería ganar su cariño y posiblemente hoy tenía la gran suerte del mundo para hacerlo.
Sin más, salió de su departamento para caminar en dirección hacia el lugar que habían quedado verse. Las afirmaciones positivas volaban mediante él cada vez que avanzaban sus pasos equilibrados y todo comenzó a nublar cuando pudo visualizarlo de lejos.
''El chico más lindo del mundo'' pensó.
Venezuela alzó su brazo para mover su mano alegremente y claro que no tardó en acercarse para saludarlo más de cerca.
— Pensé que ibas a venir con tu camionetica. —habló en broma, esto causó unas risas por parte del mayor en estatura porque en sí, Venezuela le sobrepasaba la edad.
— Quería pasarla contigo con más tranquilidad. —afirmó, el contrario al escucharlo sonrió y esto hizo que su corazón latiera a millón.
Su sonrisa era tan delicada.
El asiático comentó que había reservado una mesa para ellos dos en un restaurante caro, esto apenó mucho a su compañía puesto que nunca le agradó la idea de pagar tanto por un simple plato; sin embargo, el coreano no le importó en lo absoluto, no sabía qué hacer con el dinero que generaba todos los días y tarde o temprano lo gastaría en algo.
Doblaron una esquina para ya adentrarse al sitio dado, sintieron un aroma tan cálido pasar por sus fosas nasales, sabían que este día la iban a pasar al máximo.
La mesa estaba frente del gran ventanal del restaurante, se podía observar una vista espectacular de las calles, varios carros pasar, personas paseando a sus mascotas y otros acurrucados a sus parejas.
Se sentían tan tranquilos al iniciar cualquier tema de conversación, el coreano mantenía un gran punto de vista sobre las opiniones de diversos asuntos en los que trataba entender las acciones de otros. Esto sorprendió mucho al hispanoamericano, le parecía tan espectacular aquella curiosidad de él.