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El día siguiente fue un completo martirio para Taeyong. Jung intentó muchas veces hablar con él pero Lee no podía mirarlo a los ojos por más de cinco segundos sin sonrojarse.

― Hoy tengo mucho trabajo, pero hablaremos en la noche. ― dijo Jung distraídamente, tomando su chaqueta en una mano y su maletín en otra. Lee no pudo evitar pensar que se veía demasiado atractivo haciendo las cosas más básicas, sin embargo la realización cayó sobre él.

― ¿Hablar de qué? Oye por cierto, en la noche hizo mucho frío, ¿No crees? Tal vez necesitemos más mantas. ― dio todo de sí mismo para no ponerse nervioso, y sobretodo para cambiar el rumbo de la conversación pero no pudo hacerlo.

― No te hagas el loco, Yong. Sabes que necesitamos hablar. ― el alfa se acercó al contrario y dio una leve caricia en sus cabellos castaños, dando todo de sí mismo para retraer sus ganas de besar a Taeyong otra vez. Tenía tantos impulsos de, mínimamente, toca esas mejillas esponjosas con sus labios. ― Y tienes razón, hace frío. Le diré a Jaemin que les dé más frazadas. O pueden dormir conmigo, como sea... ― murmuró el alfa, dejando perplejo a Taeyong.

― ¿Dormir...? ¿Qué? ― Jung sonrió ante la confusión ajena, Taeyong era adorable. 

― Hablaremos de eso en la noche, también. ― y sin más, el alfa dejó la cocina, segundos después la casa.

Taeyong continuó preparando el desayuno para Shotaro y el suyo propio como si nada pasara cuando enrealidad había pasado de todo en tan solo unos segundos, sin percatarse de que el omega menor de cabellos castaños había escuchado la conversación entre el alfa y él.

― Buen día. ― saludó Jaemin, entrando a la cocina, fingiendo que no escuchó lo que habían hablado, Taeyong giró y le dedicó una sonrisa diminuta al omega.

― Buenos días, Jaemin. ― Taeyong siguió con sus cosas, sintiendo una leve incomodidad en el ambiente. Quería romperlo porque sabía que no era bueno tener ese tipo de tensión con Jaemin, quien era lo más cercano al enemigo ahí dentro. ― Shotaro preguntó por tí en la mañana. ― soltó lo que realmente no fue una mentira. Por alguna razón que Taeyong desconocía, Shotaro se había encariñado demasiado rápido con Jaemin, al igual que con su hermano pero ese no era el tema ahora.

Jaemin se mostró sorprendido, pero cambió su expresión al instante. 

― ¿En serio?

― Sí, dijo que extraña jugar con Nana. ― el omega Jung miró a un punto fijo y no pudo evitar que una sonrisa se formara en sus labios, tal vez por pocos segundos pero era una sonrisa al fin y al cabo.

― Wow yo... Esta tarde iba a jugar con él. Si es que eso no te molesta, claro. ― Taeyong suspiró y dejó sobre la mesa el desayuno que rápidamente le había preparado a Jaemin, el omega le agradeció con un murmullo.

― No me molesta, Jaemin. Recuerda que el que nos odia eres tú, no es al revés. ― Lee dejó la bandeja con el desayuno de Shotaro sobre la mesa, mientras que ubicó el suyo al lado de Jaemin, quien miraba hacia abajo, a penas y tocando el cereal del plato.

― No los odio. ― soltó, acto seguido llevó una cucharada de cereal a su boca y se tomó su tiempo para masticar.

― Parece que lo hicieras, o tal vez "odiar" no sería la palabra correcta. ― pensó el omega mayor en voz alta. ― Pero no te agradamos, al menos es obvio que yo no lo hago. Y quisiera saber por qué. ― Taeyong no tenía idea de qué clase de terreno estaba tocando pero era tarde para dar un paso hacia atrás, y si iba a ser hombre muerto al menos deseaba saber la verdad.

Jaemin pareció pensarlo en silencio por unos segundos, masticando lentamente su desayuno. Una vez terminó, sonrió y miró a Lee.

― ¿Quieres que te cuente algo, Taeyong? ― y el omega no tuvo otra opción que asentir, el bicho de la curiosidad picando en lo más profundo de su ser. ― Nací y crecí en Estados Unidos, mi infancia fue normal en la medida de lo posible, quiero decir... Mis padres no fueron necesariamente los más atentos y amorosos del mundo pero al menos nunca me trataron mal. Sin embargo, hay algo que hicieron y que yo jamás pude perdonarles hasta el día de hoy. ¿Sabes qué es? ¿Te imaginas qué pudo ser para tenerme enojado por tanto tiempo? ― Taeyong abrió la boca para decir algo pero la cerró a los segundos al no tener idea de qué decir, así que solo se limitó a negar con la cabeza. ― Me mintieron sobre mis raíces. No me dijieron que no era su hijo biológico hasta que yo mismo lo descubrí de mala manera, un día hurgando entre sus papeles. Y sobretodo, ellos sabían que todo lo que me quedaba era un hermano en Corea pero nunca dijieron nada. No pretendo que me entiendas pero considero que eso es lo peor que se le puede hacer a un ser humano. Ocultarle sus raíces a alguien que nació ignorante de todo es realmente cruel, incluso si enterarme de lo que pasó con mi madre fue triste y feo, era mi historia y yo merecía saberla, al igual que lo hacía Jaehyun pero ambos fuimos negados a ese derecho. Así que una vez terminé el año escolar, guardé mis cosas y el dinero de mis padres, sin importarme el hecho de que fuera un chiquillo que no sabía nada de la vida compré el primer boleto de avión que encontré y viajé a Corea. Cuando me instalé no perdí el tiempo y contraté a los mejores investigadores privados para que encontraran a mi hermano. Me enteré absolutamente todas las cosas horribles que vivió siendo solo un niño, y lloré por días, semanas incluso. Él vivió en las calles por demasiado tiempo, ¿Lo sabías? No la tuvo fácil. Y la vida no contenta con la infancia horrible que le dio, también tuvo que ponerle al imbécil de Kim Doyoung en su camino. Creo que algo de esa historia sí la sabes.

Mafia 𖦹 𝙅𝘼𝙀𝙔𝙊𝙉𝙂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora