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A lo largo de la tarde, Tai Lung se mantuvo encerrado en la habitación de visitas, una cama y unos muebles, ya que no podía hacer algo más que recostarse en la cama cayendo en sueño. La noche se presenció y se levantó, esto provocó que saliera de la habitación y comenzara a pasearse por los pasillos de la mansión en busca de la manzana. Sin embargo al comenzar a bajar las escaleras se topó con la Lagartija.
Lagartija: ¿Estabas buscándome princesa?
Tai Lung no dijo nada, optó por asentir con la cabeza y cuando tenía al sujeto frente a él desvío la mirada.
Lagartija: Me gusta que seas tímida, así será más fácil mantenerte controlada (puso una de sus manos en la cintura de Tai Lung) Vayamos a mi recámara.
Po y los cinco furiosos, se habían metido a escondidas a la Mansión, caminaban con sigilo y silencio, deseando que ningún guardia aún se diera cuenta de su presencia.
Tai Lung por su parte, se percató de que la manzana de oro estaba dentro una vitrina junto con otros objetos pero de menor importancia.
Lagartija: ¿Te gusta? Es una reliquia de hace muchos años que forma parte de mi familia.
Tai Lung sabía que mentía.
Lagartija: Te voy a otorgar el honor de que alguien como tú, toque ese objeto. Te aseguro que vale más que venderte.
Esto calentó en irá a Tai Lung y le pegó un puñetazo en el rostro, y pegó otro más a la vitrina quebrando el cristal. La manzana rodó al suelo.
Lagartija: No debiste hacerlo (se recobró).
Al saber que iba atacar, Tai Lung le quiso patear el vientre pero el contrario sujeto su pierna, para safar su agarre el felino saltó hacia atrás llevándose a la Lagartija para golparlo contra la pared.
Tai Lung: Patético (tomó la manzana y salió de la habitación).
Los guardias lo persiguieron, y saltó hacia abajo, quebró el piso y corrió.
Tigresa: Tai Lung, lo descubrieron (viendo el alboroto).
Grulla: Vayan a buscarlo, nosotros nos encargaremos del resto.
Ella junto con Po entraron en busca de Tai Lung, corriendo por los pasillos.
A Tai Lung lo emboscaron y varios guardias comenzaron a rodearlo.
