Adónde vas, mi amor? —Bill se detuvo en la puerta, mirando a su mamá, quien estaba bordeando un parche sobre su chamarra de mezclilla. A ella siempre le gustaba arreglar su ropa a su manera. Y Bill lo amaba.
—Voy a leerle a mi hermano y después voy a salir con Tony. —Pasó los ojos por el cuerpo alto y delgado de su hijo; aún era muy niño ante sus ojos, sobre todo cuando veía su carita limpia, y se veía como si tuviera dos o tres años menos, hasta que hablaba y se daba cuenta de que la vida lo había obligado a madurar muy rápido. —¿Puede venir a comer?
Y para Bill, la sonrisa de su mamá era encantadora, ella siempre sabía hablar con su mirada. Y era algo de lo que también amaba. La amaba mucho.
—Has estado saliendo mucho con Tony estos meses. —Bill puso los ojos en blanco. —No lo digo por hacerte enojar...
—Lo dices porque por fin tengo un buen amigo que no es mayor como Davor.
Ella sonó, como diciendo "tienes razón", pero no dijo nada, y Bill no pudo evitar explicar.
—Dejé de hablarle solo así, mamá... entendí que sólo quería darme besos y poner sus manos donde no debía.
Ella se quedó en silencio, analizando el rostro joven de su hijo. Quizás ya no era un niño, pero de hecho, tampoco era un hombre; pensar en que un hombre mayor había tocado a su hijo la horrorizaba, sabiendo que su hijo biológico había muerto por haber metido en la prostitución a la misma edad que Bill. No quería que gracias a lo que Tom había decidido, las acciones de Bill tuvieran repercusiones o se asentaran en el trauma de haberle visto morir.
No podía evitar cuidarlo de más.
—Él te...
—Pensé que lo suponías... —Interrumpió Bill. Ella apretó los labios.
—Bueno... un poco... sí... ¿y Tony es...?
—Mi amiga, mamá...—Interrumpió otra vez, arrugando los labios. —con quien llegaré tarde si no me apuro a irme.
Su madre se sintió alarmada, y se acercó entonces, sabiendo que la verdad a Bill no le importaba ser puntual, y el que quisiera serlo con su nuevo amigo, obviaba lo importante que era para él. Pero ya no quiso insistir, porque esos temas tenían que cuidarse y tenerles paciencia.
—Bueno... cuídate mucho.
—Saludo a Tom por ti. —La sonrisa de su mamá se hizo un poco triste, ya pesar de que Bill se sentía igual, prefirió sólo darse la vuelta y pensar que no la había visto así nunca.
Las visitas en el panteón se hacían menos largas, pero siempre igual de frecuentes. Bill sintió que le debía esas visitas a Tom, porque gracias a él era que estaba en la ciudad en la que estaba, disfrutando de la madre que Tom siempre había buscado y no pudo tener. Gracias a Tom, no se preocupaba de tener en dónde dormir o tener comida que aventar al cielo.
Las carencias que su hermano tuvo, no se las heredó, sino todo lo contrario.
Y cada vez que le hablaba a la piedra fría, con su nombre completo gravado en ella, y luego veía la foto que estaba enmarcada, con una sonrisa tierna de niño, sentía un dolor fuerte en el corazón. Nunca faltaban sus lágrimas amargas, deseando que pudiesen haber muerto o sobrevivido, pero los dos juntos. Su hermano era siempre la luz que veía incluso cuando no entendía porque estaban huyendo. Su hermano siempre le hizo sentir que había algo por lo que valía la pena vivir.
—¡Niño encantador! —Le saludó Tony, con una sonrisa que se esfumó cuando le vio los ojos lloros a Bill. —¿Estás bien?
—Síp… —Susurró, con una media sonrisita. —fui a ver a Tom... no sé por qué me sigue doliendo tanto después de todo este tiempo.
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Se que fue porque me amas [Vol.2]
Fanfic"Si hubiera podido evitar el final que ya vivimos, tú y yo seguiríamos aquí juntos. Y quién sabe cuánto más vamos a poder estar los dos..." Esta es solo una adaptación el escritor original es LiamSavior