✩𝐆𝐄𝐓𝐀𝐖𝐀𝐘 𝐂𝐀𝐑✩ ┊ ❛No, nothin' good starts in a getaway car❜
⸻ EN DONDE Asher decide acompañar a su hermano Lewis en el resto de la temporada, buscando sanar su corazón roto.
O
EN DONDE los pilotos de Redbull y Ferrari conocen al hermano men...
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The Great War
El sol de Mónaco se filtraba a través de las persianas, lanzando rayas de luz sobre la tensa escena en la sala de estar de Max. La discusión entre él y Kelly había alcanzado su punto álgido, las palabras volaban como dardos envenenados, cada una cargada con el peso de un corazón roto.
Luego de aquellas pequeñas vacaciones en Italia, y de todos los recuerdos vividos con Asher, Max había tomado la decisión de terminar toda relación amorosa con su novia.
—¡Kelly, tienes que entenderlo! Lo que siento por Asher... es diferente— insistía Max, su voz teñida de desesperación.
Kelly, con los ojos brillantes de lágrimas contenidas, sacudió la cabeza. —¿Y qué hay de lo que siento yo, Max? ¿Acaso eso no cuenta para nada?—
Max dio un paso hacia ella, su expresión suavizándose. —Por supuesto que cuenta, pero...—
Las palabras se quedaron suspendidas en el aire, un abismo de realidades no compartidas entre ellos.
—¡No puedes hacerme esto, Emilian! Después de todo lo que hemos pasado— gritaba Kelly, su voz quebrándose bajo la presión de sus emociones.
Max, con la mirada fija en el suelo, parecía luchar por encontrar las palabras adecuadas. —Kelly, no es tan simple. Asher... él me ha mostrado una parte de mí que no sabía que existía.—
Kelly se acercó a él, sus ojos buscando los de Max, buscando alguna señal de la chispa que una vez compartieron. —¿Y qué hay de nuestra chispa? ¿De nuestros planes? ¿De nuestras promesas?—
Max levantó la vista, sus ojos azules encontrándose con los de ella. —Lo siento, Kelly, pero no puedo vivir una mentira. No cuando sé que hay algo más, algo real con Asher.—
La palabra 'real' colgaba en el aire, un recordatorio cruel de lo que Kelly siempre había temido: que ella nunca sería suficiente.
—¿Y qué hay de mí? ¿Qué se supone que debo hacer?— La voz de Kelly era un susurro, un eco de la mujer segura que alguna vez fue.
—Sabías los términos de nuestra relación, sabías las cláusulas de contrato... no me hagas esto más difícil
—Pensé que podría cambiar tu perspectiva... que podría enamorarte, hacerte cambiar... ser lo suficientemente importante en tu vida para que no tengas que alejarme de ella
Max se acercó, su mano rozando la de ella en un gesto de consuelo que solo sirvió para avivar el dolor. —Kelly, siempre tendrás un lugar en mi vida, pero no puedo prometerte un futuro juntos. No sería justo para ninguno de los dos.—