4.-La familia Nishimura (1)

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—Y como te llamas? Yo soy Makoto Nishimura y la chica amargada de antes es mi hermana mayor Yuriko.—Apuntó a su hermana quien lo miro de mala manera.

—¿Japoneses?

—Si, nos mudamos hace algunos años por el trabajo de papa.—Explico con aire relajado mientras caminaba de espalda.

—Ya veo.

—¿Y tu eres...?—Dejo la pregunta en el aire esperando que la completara.

—Aisha...solo Aisha.—Respondí desviando la mirada.

—¿Eres huérfana o algo?—La voz de Yuriko me sorprendió—¿Acaso no tienes un apellido?

Su hermano menor volteo a verla y toda su expresión le gritaba que se callara y no fuese imprudente. Pero o bien la chica no lo noto o simplemente decidió ignorarlo.

—Tengo. Pero...es complicado.—Me limité a decir, con la esperanza de que dejase de insistir.

Por suerte ninguno de los dos pregunto algo al respecto ni volvieron a preguntar por mi apellido.

Hemos estado caminando por un par de minutos. Logramos cruzar solo tres largas cuadras pero lamentablemente esto no me acercaba mucho a mi destino. Nos hemos topado con un par de monstruos pequeños pero los hombres de traje se han encargado de ellos sin problema alguno.

A diferencia de las anteriores bestias que he visto, estos lucen extremadamente débiles.

También nos encontramos con uno que otro cadaver. Sin embargo, los hombres de los hermanos Nishimura se han encargado de bloquear la vista para nosotros, cosa que agradezco. No dejo de preguntarme quienes son como para tener escoltas ni hacia donde vamos, pero tengo un poco de miedo de preguntar. De todas maneras no puede ser tan malo como estas bestias ¿cierto?

—¿Saben...que son esas cosas?

Yuriko soltó un suspiro.

—Probablemente sabemos tanto como tu. Simplemente empezaron a aparecer por toda la ciudad y están destrozando todo y matando a las personas. 

—U-Ustedes pudieron matarlos muy fácil—Mencione recordando como ellos solo con un par de disparos logran matarlos y a mi me tomo mucho esfuerzo matar a un solo monstruos.—¿Como lo hicieron?

—No tenemos ningún secreto milagroso. Solo encontramos su debilidad, eso es todo.

—¿Debilidad?

—Aquel monstruos tenia una piel muy gruesa pero multiples ojos. Era algo obvio que esa era su debilidad. Por suerte mama nos hizo cargar con esa lampara.

« ¿Su madre? »

Me reprimí a mi misma para no preguntar sobre que significado tenia eso. No quería entrometerme de mas y hacerla enfadarse conmigo de nuevo. Es una gran ganancia que este respondiendo mis preguntas de buena manera.

—Ya veo.

« Entonces la debilidad de aquel monstruo era...¿el fuego? »

—¿Entonces esos monstruos pequeños...?—Deje la pregunta en el aire viendo como alguien mataba a una rata mas grande lo normal.

—Ah, en realidad esos son débiles. No tienes que preocuparte por encontrar una debilidad o algo por el estilo. Con un simple disparo ya están fuera de combate.—Me miro y me sonrió de manera un tanto escalofriante—De quienes debes preocuparte es de los grandes.

Me quede callada sin saber como responder a su extraño pero cierto comentario. De pronto todo tuvo mas sentido y no pude evitar sentirme aun mas afortunada por haber descubierto la debilidad de mi monstruo por mera suerte.

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