CAPÍTULO 11 DE LA 1ª LEYENDA

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El Verdugo miró los chorros de sangre que brotaban de donde solía estar su brazo y soltó un grito, pero no uno de dolor o frustración, era uno de pura rabia que hacía la tierra temblar.

El Verdugo saltó alto y el grupo lo perdió de vista.

"¿Está tratando de escapar?", preguntó Mito mientras lo buscaba con la mirada.

Kai tuvo un mal presentimiento, podía sentir una gran cantidad de Zen procediendo del cielo.

"¡Vámonos de aquí!", dijo Kai mientras se dirigía a la nave.

Gáel también sintió el Zen y siguió a Kai a la nave.

Mito no se movió, no se iba a ir sin haber acabado con el que destruyó su aldea.

Mito aún no sentía el Zen porque su manejo y control de este no estaban tan refinados como los de Kai y Gáel, por lo que no estaba asustado.

¿Era esto una ventaja o una desventaja? Sería él el que lo decidiese.

Mito preparó su Mecha-Espada y miró hacia el cielo rojizo de Algair, esperando el ataque de El Verdugo.

"Vamos, capullo", dijo desafiante.

El Verdugo descendió a toda velocidad del cielo, Mito sintió el Zen en el último momento y se quitó de en medio.

El Verdugo golpeó su mandoble contra el suelo, creando una destrucción masiva, lava y grietas aparecían por doquier mientras Algair experimentaba sus últimos momentos.

"¡Mito! ¡Vamonos!", exclamó Kai desde la nave.

"¡No digas tonterías! ¡No me voy sin haber matado a este trozo de mierda!", gritó Mito enfurecido.

La Mecha-Espada se teñía de un rojo intenso con el calor acumulado, simultáneamente el alma de Mito ardía con más pasión por cada segundo.

Masivas erupciones de lava y fuego brotaban de la tierra, Algair explotaría en unos pocos minutos.

Mito se lanzó a por El Verdugo pegando un largo salto, su espíritu y espada al rojo vivo.

En ese momento una erupción surgió de debajo de Mito y la lava salió disparada hacia su cuerpo.

"¡Mito!", exclamó Kai.

El vengador ingeniero agarró su espada con determinación y vio la lava acercarse.

"¡Esto no me detendrá!"

Mito no había mentido al describir su espada a Kai y Gáel el día anterior, la proclamación de que la hoja cortaría lo que fuera una vez hubiese acumulado suficiente calor no era una exageración, sino la pura verdad.

"¡Yo no me voy!", gritó Mito mientras cortaba la lava con su espada, salvándole la vida.

Mito cayó en frente de El Verdugo, la Mecha-Espada estaba lista para acabar con la vida del desgraciado.

"Después de todo..."

Los ojos de Mito brillaban con resolución.

"¡...el colmo de cualquier ingeniero es ver lo que ha construido hecho pedazos!"

Valientes palabras salieron de su boca mientras asestaba el golpe de gracia, El Verdugo trató de bloquear el ataque con su mandoble, pero Mito y su espada destruirían lo que sea con tal de vengar su planeta.

La Mecha-Espada cortó a través el mandoble, el cuerpo de El Verdugo e incluso el aire mismo, creando un círculo de fuego alrededor de ellos.

El Verdugo había sido partido a la mitad junto a su espadón, su mitad superior cayó al suelo antes de ser consumido por las llamas y la lava.

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