[24]

3.1K 352 12
                                    

- ¿Esto es necesario? - Me giro hacia mi tío quien asiente configurando la computadora

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- ¿Esto es necesario? - Me giro hacia mi tío quien asiente configurando la computadora.

- Así es. Persefone sabe como funciona el tratamiento y en lo personal puedo decir que sufrió mucho. Más que nada quiero que veas el nivel que tiene de solo escuchar su voz.

- Tengo miedo. - Escucho del otro lado de la habitación a Deverux.

- Respira un poco nena. Estoy aquí contigo, juro que si veo que no puedes soportar más te sacaré de ahí. - Hablo a través del micrófono.

- Bien... - Me responde insegura.

Quito mi dedo del botón y Recce me mira con una ceja alzada. - ¿Qué? - Lo miro.

- Nada. - Sonríe y abre el micrófono. - Bien Persefone, estamos a punto de comenzar. ¿Lista?

La habitación es blanca, nada impide que se mueva por ella y se que esto es una especie de tortura ya que estar en un lugar vacío con saber que se ve todo desde afuera te da las vibras de un animal en exhibición.

- No lo estoy. - Suspira y veo como cierra los ojos.

- Bien... - Susurra Recce - Quiero respires profundamente tres veces.

Ella obedece, reviso sus signos vitales y se encuentra perfectamente bien pero con algo de nervios que es fácil de notar.

- No quiero que pienses en nada mas que en tu lugar seguro. ¿Qué es lo que vez?

- Una habitación. - Murmura - Veo las flores blancas, los jazmines.

- Camina hacia ellos.

La habitación está diseñada con paneles movibles, cuando ella camina y termina en la otra punta de la habitación. La misma gira sin que ella lo note para que nunca se desconcentre y pierda el camino. Extiende su mano y veo como de verdad cree que las toca.

- Ahora pasemos con otra cosa. ¿Dónde estabas Alemania? Tu misión A48B.

Veo como su reacción cambia completamente, sus piernas flaquean y se encoge en su lugar.

- Yo...no quiero. - Sus ojos se permanecen cerrados pero observa a su alrededor como si de verdad estuviera observando algo más.

- ¿Dónde estás? - Recce la presiona y frunzo el ceño.

- Sacame de aquí. - Susurra. - No quiero estar aquí.

- Deverux. Escúchame ¿Dónde estás?

- Escucho sus pasos. - Mira a todos lados llena de pánico y retrocediendo. - Está oscuro, su familia habla en el piso de arriba.

- Bien. - Recce baja un poco las luces como acoplandolo. - Vas a escuchar su voz Deverux. Solo su voz a través de la puerta.

- Por favor. - Su labio tiembla, mi pecho se oprime al verla rogando por que no lo haga.

DeveruxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora