Miro a Romina dormir en su cuna, su boca entreabierta y succionando sus labios como si tuviera su biberón me causa ternura.
Mi teléfono vibra en el bolsillo y no me hace falta mirar quién es. Christopher me ha estado llamado todos días, En las mañanas y en las noches ya que en las tardes viene a comer con la excusa de que no quiere ver a Alex.
No soy tonta, se ha estado mudando aquí poco a poco. Comenzó con una camisa, después sus calcetines, otras veces sus zapatos, camisas, reloj, lentes. Una noche hasta descubrí que trajo a Zeus consigo.
Es un perro adorable que le encantó a Romina, ambos dormían juntos así la pusiera en la alfombra o la cama siempre estaban juntos. Cuando se fue mi hija comenzó a llorar extendiendo sus brazos hacia Zeus.
- Buenas noches - Contesto el teléfono caminando a mi recamara llendo directo al baño para comenzar a maquillarme.
- Hola - Su voz ronca me da un ligero escalofrío, seguro se acaba de levantar.
- ¿Dormiste bien? - Pregunto y hace un sonido de afirmación con su garganta. - Pareces o más bien te escuchas perezoso. Lo bueno que yo deje la FEMF. - Me burlo y escucho como se queja.
- Amaneciste graciosa, ¿Estás bien? - Siempre me hacía esa pregunta. Sabía de mis pesadillas, irónicamente hace dos días que dormimos juntos por accidente pude dormir tranquila con alguien que no fuera Charlotte. - Levanto la mirada al espejo y me encuentro con una sonrisa en mis labios.
¿De cuando acá le he sonreído a una llamada?
- Estoy bien, gracias por preguntar. - Me palmeo las mejillas para quitar esa sonrisa con éxito, la risa de Christopher inunda mis oídos mandando unas cosquillas a mi estómago.
Me gusta escucharlo reír.
- ¿Y ese golpe? No me diga que pensó en mi, ojos dorados. - Su burla me hace rodar los ojos y negar. Destapo la base de maquillaje y me percato de mi estúpida sonrisa de nuevo.
Me permito dejarla ahí y me pica la lengua por decirle lo que tanto había carcomido mi cabeza. - Christopher - Hablo más rápido de lo que pienso. - ¿Te gustaría pasar año nuevo con nosotras?
La línea se queda en silencio, veo perfectamente como borro mi sonrisa al no obtener respuesta. Sacudo la cabeza decepcionada pero realista. No tiene que hacerlo, somos extrañas y ya.
- Oye. Sabes olvídalo, fue muy inapropiado y imagino que estarás con tu familia...
- No... - Lo escucho balbucear - La verdad es que...
Una fuerte explosión sacude la casa, me sostengo del lavadero y me tambaleo caminando a la puerta.
- Charlotte - Me alarmo y tomo el teléfono corriendo hacia su habitación. Los disparos me alertan y me llevó el celular al oído.
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Deverux
FanfictionPersefone Deverux de veintiun años y Romina Charlotte de seis meses se mudan a Londres sin saber las aventuras que les esperan. ♤Actualizo cada que los astros se alinean♤