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Felix se acurrucó mucho más en el pecho de Hyunjin, mientras respiraba tranquilamente y abrazaba el torso del más alto. Era un momento muy reconfortante y a los dos les encantaba su compañia.
Hyunjin dormía plácidamente, mientras Felix tenía un pequeño ataque de felicidad. Le encantaba estar con Hyunjin, eso era más que obvio.
Se removió un poco cuando las ganas de orinar llegaron. Se alejo de Hyunjin con cuidado sin llegar a despertarlo y salió de la habitación con cuidado.
Paso por el baño, lavando su rostro y manos cuando termino y saliendo de la habitación, bostezando y observando a su alrededor.
Fue cuando vio la puerta de una habitación levemente abierta.
¿Sería malo si el decidía husmear un poco? Bueno, nunca le había preguntado sobre esa habitación a Hyunjin, así que suspuso que tampoco era prohibido entrar, además aún le faltaban algunos lugares de la casa de Hyunjin por explorar.
Con algo de duda entro a la habitación, encendiendo la luz y abriendo levemente su boca cuando observó todo a su alrededor.
Habían algunos estantes con pinturas, además de muchos lienzos decorando las paredes.
Algunos dibujos eran abstractos, mientras que otros eran más realistas. Cuando fijo su mirada en un gigante lienzo, no pudo evitar quitar la sabana que lo cubria, abriendo sus ojos de inmediato con impresión y sopresa al ver lo que Hyunjin había pintado.
Era el, si. Eso estaba más que claro.
Se sonrojo ante la imagen, observando con cuidado cada pequeño detalle, paseando su pulgar por la pintura.
— Es muy...
Sus palabras quedaron a la mitad cuando alguien lo llamo. Con rapidez se giro hacia la puerta para observar a un somnoliento Hyunjin, el cual miraba con algo de impresión lo que Felix había descubierto.
— ¿Por qué nunca me dijiste que pintabas? ¿Por qué nunca me enseñaste esto?
— Y-yo no lo veía necesario... Además crei que te molestarias.
Felix ladeo con confusion su cabeza, mientras sonreía levemente a Hyunjin.
— ¿Por qué creiste eso?
— Bueno... Te pinte de una forma no muy ¿Inocente?
Felix carcajeo, mientras se acercaba a Hyunjin y tomaba entre sus manos el rostro del alto, para así obligarlo a inclinarse y el poder besarlo.
— Cuando compremos una casa tus pinturas estarán en todos lados, y justo esa — Señalo el gigante lienzo. — Estará en nuestra habitación, arriba del respaldar de la cama, así cuando tengamos sexo podremos recordar nuestra primera vez. — Demandó, mientras elevaba sus cejas.
— Maldito pervertido.
— ¿Me dices a mi pervertido? ¿Quien fue el que pinto nuestra primera vez, Umh?
