Capitilo 15

1.3K 133 7
                                    

Ray

—¿Que pasara al encontrar al australiano?— preguntó el Rey de la mafia española, Francisco Ruiz— Yo solo pido a una de sus hijas.

—Digamos que al encontrarlo nos quedamos con todo su imperio, y si me ayudas... Rusia y España seremos los dueños de todo su imperio. Pero..

—¿Pero?

—Tu, ya que estás interesado por una de sus hijas. Tendrás que despojarla y casarte con ella, claro yo seguiría siendo dueño de un 50% de todo.

—¿Y por qué no un 75%? Al fin y al cabo me caso con una de sus hijas.

—Por qué lo derrotaremos juntos.

—Tengo un mejor trato. Te apoyo en todo, mis hombres y los tuyos nos uniremos, pero...

—Pero.— sentencié.

—El que tenga primero su cabeza, de tus hombres o de los míos. Gana el 75%.

—Francis, no creo que esto sea buena idea, tenemos alianza.

—Lo sé, pero quien consiga el premio gordo, no podría el otro hacer. Nada.

Desvíe mi mirada del vaso con vodka y después lo mire fijamente a él apretando los dientes.

—Trato hecho.

El Español sonrió mostrando su dentadura perfecta. Conociéndolo cree que tiene esto ganado. Oh, eso cree.

Me levanté del asiento y le estreché mi mano para concluir el trato.

—75%..— murmuré mirando nuestras manos.

—75%.— afirmó el.

Nos separemos y me dirigí a la puerta por la que había entrado. Sin decir adiós me marché pensando en el maldito trato que no tenía previsto.

Si, muy fácil podría ganarle. Pero yo tengo el cerebro y el los pasadizos. Esto es solo de tiempo.

...

Después de ir por un café y tratar de buscar una distracción que no fuera ese 75% me dediqué a buscar la ubicación de mi madre.

Hakee el sistema de seguridad de mi madre y aparentemente no se encontraba en ninguna de sus mansiones, ni en México, New York, Canadá, Rusia, Tokio, Londres o en cualquier otra. Todas limpias y sin rastro de movimiento alguno.

Entre a los localizadores de los Jeeps de los guardaespaldas y se encontraban conduciendo unos por Rusia, Londres y a orillas de España. Los que más me preocupan son los de España.

Están por la zona y eso no es bueno.

Tome mi celular y le marque a uno de los guardaespaldas de mi princesa.

—¿Si, Jefe?

—¿Dónde está, Wilson?

—La chica, está bien. Vamos saliendo del lugar a donde nos pidió traerla.

Me hirvió la sangre por ese apodo.

—Okey,  primero que nada ella no es La chica, ella es la dama Rusa, que quede claro.—sentencié.

—Disculpe  Jefe.— carraspeó.

¿A donde había ido?

Yo sé que le gusta escaparse pero por lo que sé no tiene planeado eso, ¿o si?

—A donde fue.— pregunté sin rodeos.

—A un bar, al cual no nos dejaron entrar de primera los guardaespaldas del lugar.

—¿QUÉ QUÉ?— se había quedado sin vigilancia, eso no era algo bueno— ¿No les sirvió estar en el militar o qué tarugos?— grite al celular frunciendo muy marcado en ceño.

—No hay de que preocuparse jefe, al lograr entrar la señorita ya se dirigía a la salida

Menos mal.

—Tráiganla al departamento, y no se vuelvan a alejar de ella. En la noche hablamos Wilson.

—Si Jefe.

Colgué.

Me senté en la sala del departamento y con mis dedos índice y pulgar empecé a masajear mi sien.

Esto de dejarle mi vida a esos hombres incompetentes solo me hace hacer más corajes de los que debéria.

Si le pasara algo a esa mujer, lo pagarían primero ellos. Serían los principales en ser señalados y sacrificados de la peor manera.

Si rompen algo mío yo rompo su hilo de vida.

Fácil y sencillo.

Después de un rato escuché como llegaban los hombres y no logré distinguir el sonido de sus tacones de mi princesa.

¿Se los había quitado?

No se, pero para lograr quitarme de la duda salí de mi oficina y al llegar a la sala me topé a mi princesa, de espaldas tomando algo del refrigerador.

—¿A dónde fuiste Aly?— quería que ella misma me respondiera la pregunta.

Ella se dio la vuelta dejando a la vista en sus manos un bote de helado de chocolate. Llevaba puesto unos pantalones que dejaban ver su perfecta cintura y la blusa que llevaba dejaba ver la perfecta silueta de sus senos, y no llevaba tacones, llevaba unos tenis blancos que me impedían distinguirla al caminar.

Después de examinarla, ella miraba su helado.

—Fui a...— se quedó pensando unos momentos en que respuesta darme— Darle en los huevos a mi ex.

Espera... ¿qué? Eso si no me lo esperaba.

—Fuiste a que?— fruncí el ceño con una mueca de no creerme nada.

— Lo que oíste.

Okey, si lo decía enserio. Su tono serio ante la situación hablaba muy bien de ella.

—Bueno... eso si no me lo esperaba.— suspire viendo mis zapatos, levanté mi mirada y la vi— ¿Por qué hiciste eso?

—Por qué solo me trato como una puta más de su bar, y eso no soy. Yo soy extraordinaria a cualquier otra.— hablo sería y con el ego muy grande por lo que había hecho.

—Yo sé que lo eres, él no debió tratarte así.— y solo de pensar que la habían tratado mal, le pediría a Wilson la ubicación del lugar para ir a asesinar al dueño.

—Eh, ¿gracias?

—De nada.

Se generó el ambiente muy tenso entre nosotros, yo la miraba y ella evitaba mi mirada. Raro de ella.

—¿A qué hora llega tu madre?— preguntó haciendo que evitáramos la tensión del momento.

—Ni idea, es impredecible.

Pensó, y me miró girando un poco su cabeza.

—Me gusta esa palabra...— murmuró.

—¿Cuál, impredecible?

—Iré a ducharme.— evitó completamente mi existencia y se dirigió a su habitación para ducharse.

Mm. Odio que me dejen con la duda.

...
Feliz Navidad!

El próxima capítulo es +18⚠️ y sale en unos días o horas no se, vayan a mi ig que esta la cuenta regresiva!!!

No olvides darle en la estrellita ⭐️

Sígueme en ig:

Ellania_frances

En garras de la mafia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora