Hanzai no Shitai

08: September

De esa forma, nuestro asunto ilícito encontró su final definitivo y abrupto. Ante esa amenaza, no tuve otra opción más que obedecer, aunque mi pecho estuviera tan hueco que ni siquiera sentía mis propios huesos sostenerme mientras me iba.

Jamás, ni siquiera hoy, sentí tantas ganas de morir como aquella noche. No intenté hacerlo, sin embargo, porque me parecía ilógico. Mi muerte no arreglaría nada, ni le dolería a nadie.

No entiendo por qué no me denunció, pero cuando recobré la capacidad de pensar, unas semanas después, ya había salido de su vida para jamás volver.

Fue injusto. Yo no incendié la cerradura para que decidiera quedarse como idiota dentro de la jaula preciosa y brillante que siempre le mantuvo cautivo, pero así decidió Nakano Jun tratar con todo lo que construimos, y cada día restante de mi existencia este hecho me atormentaría.

No había nada más que pudiera hacer, y por más que maldije y renegué de mi estupidez, tampoco pude cambiar lo que sentía por Jun. ¿Quién mierda ama de verdad? Nunca entenderé de qué sirve esta maldición.

Desde esa época y hasta ahora, combatí numerosas veces el impulso de ponerle fin a mi vida. Tsumiko, observándome siempre desde una esquina en cada habitación a la que entro, a veces me alienta, y otras veces me detiene. He pasado estos 10 años dando vueltas y vueltas al pasado en medio de mi locura vertiginosa sin encontrar una razón coherente y lógica para morir.

Hasta hoy.

¿Cómo lo ve ahora, doctor? ¿Será suficiente esto para entender mis motivos? ¿Podría culparme?

Nunca pretendí que las cosas se dieran así. Nunca le pedí que se metiera con mi hermana, ni que se casara con ella. Nunca sentí el impulso de hacerle daño a nadie. Desde aquel condenado verano, yo solo he buscado su felicidad, y el verle atravesar las rejas que lo encierran. Así de sencillo.

Quería que amarme fuera su primer vuelo, quería ser la llave que abriese su corazón a un mundo que no le obligara a esconderse, quería recuperar su alma secuestrada, escribir mi nombre en ella, y quemar a todos sus captores.

Por querer liberarlo terminé prisionero, contando los destellos de sus ojos mientras nos escondíamos bajo una manta, después de haber cortado en pedazos a su mujer.

Al final, fui yo quien tuvo la audacia de esperar que me pusiera antes que su celda por una única vez.

Cuando escapé, junto con Nakano Jun se quedó toda motivación de actuar violentamente contra ningún ser humano, así que no tengo más crímenes ocultos que confesar. He vivido mis días en tranquila soledad y aburrimiento, centrifugando en mi mente posibles soluciones a algo que ya no tiene remedio.

Quizá hubiéramos sido felices si lo forzaba a comprender que solo necesitaba de mí. Quizá la respuesta correcta hubiera sido convencer a Tsumiko de que su marido no la estaba engañando en lugar de matarla. Quizás, aquella noche de junio no debí entrar en su coche; pero nada de eso puede cambiarse ya.

Así como no pueden ser cambiados los huesos de mi cráneo, ni la herida dentro de este, que me obliga a estar dispuesto sacrificar cualquier cosa por él sin dudarlo.

Esa es mi última confesión. Después de todo, no aprendí mucho.

Y así voy terminando esta carta.

Me da gracia que dijo que se mataría, pero he sido yo quien ha muerto primero. Mientras tanto, quiero que vivas sin muchas preocupaciones, doctor.

Por eso, cúlpame.

Mi último deseo es que seas miserable dentro de tu perfección ficticia, que seas tú quien persiga a mi fantasma y que nunca me perdones por haberte dejado solo, ya que yo, como dijiste, fui el único.

Zaika Shin.

35°58'21.7"N 138°10'25.8"E
(Ahí enterré celular, chaqueta, pantalones y zapatos negros, camiseta de mangas largas blanca, ropa interior, reloj de pulsera, anillo de bodas, pendientes, y cadena de oro con un relicario que traía una foto de nuestro padre).

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Emmm surprise??

Y así termina la carta jssjjsjsjsjs

La próxima semana actualizaré el último cap, epílogo y probablemente el comentario final también :D