La hija de Snape (Draco y tú)

Capitulo 10

El frío avanzaba de manera implacable y lo único que se veía a las afueras del castillo eran paisajes blancos que cubrían hasta las montañas lejanas, era algo realmente hermoso de ver, y aún con el clima tempestuoso lo que más abundaba en el colegio era la alegría, besos forzados por el muérdago encantado y los cálidos abrazos de  despedida.

Los estudiantes estaban listos con todas sus pertenencias y mascotas cerca de la gran entrada, el tren se encontraba próximo a partir así que aquellos que se quedarían en el colegio se despedían de sus amigos.

–¡Las voy a extrañar mucho!– exclamó Lea mientras abrazaba a sus amigas de manera asfixiante –Esperen regalos de mi parte y no se olviden de mandar cartas– el mensaje era más que nada para ___ pues sabían que la pequeña no era amante de la correspondencia y es que estaba harta de actuar de lechuza para su padre. Aquella experiencia no había sido para nada agradable.

–No prometo mucho, pero si les enviaré un regalo– contesto tan pronto como se soltó del abrazo.

–¡En marcha chicos¡ – la voz de la profesora McGonagall se escuchó fuerte y clara llamando la atención de todos en aquella sala, y sin más los estudiantes tomaron rumbo hacia la estación en Hogsmeade.

–Es hora de irnos Lea, nos vemos  ___, espero que tú padre y tú tengan una feliz navidad– Luna tomo de manera cariñosa la mano de su pálida amiga y siguió al resto del grupo de niños que ya caminaba hacia la intemperie.

–Espero que no descuides tus lecciones, no te he estado enseñando a portarte de manera adecuada para que lo eches a perder– Draco se acercó con su típico porte elegante a su compañera de pociones y clases de etiqueta.

–Y yo espero que tú no te olvides de ser un niño normal– ___ dio una pequeña sonrisa esperando ser correspondida de la misma manera.

El par de niños se habían vuelto más cercanos a pesar del poco tiempo que pasaban juntos, el sentimiento de confianza era mutuo y creció poco a poco en el momento en que pudieron ser ellos mismos.

El joven Malfoy extendió su mano y la pequeña Snape devolvió el saludo con un pequeño sonrojo en sus mejillas, las formalidades aún no eran algo cómodo, en especial cuando debía haber contacto.

–Pasa una feliz navidad– expreso Draco regresando al fin la sonrisa que le ofreció la pelinegra –Aunque no esperes que te mandé algún obsequio, ya veremos si el año que viene eres digna de un regalo de parte de mi familia– el chico tomo el cuello de su caro abrigo de cervelt y lo extendió con suficiencia.

–Tu tampoco esperes un regalo mío, tu pequeño cerebro no entendería lo que es un regaló con cariño– ___ se cruzó de brazos y miro hacia otro lado fingiendo indignación –Y por si no lo sabías, tu adorable madre me envía un regalo cada año, así que no esperaré uno tuyo– sonrió de lado elevando su rostro con superioridad, estar tanto con aquel chiquillo hacia que algunos de sus gestos se le pegaran de manera inconciente.

–Lo que digas, traidora, nos vemos– y sin más, el rubio se fue con el grupo de Slytherins de primer año que aún esperaban al príncipe de su casa, estaba más que claro que no irían a algún lugar sin que Malfoy lo ordenará y el estaba más que orgulloso de mostrar aquello.
Fue así que las vacaciones comenzaron oficialmente y nuestra pequeña pelinegra tenía más que claro como las aprovecharía; pasando tiempo con su padre y aprendiendo en la enfermería, estaba más que determinada a ser una gran medimaga en el futuro, tal vez así haría que el espíritu de su madre estuviera orgulloso de ella, o por lo menos eso era lo que esperaba.

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Noche buena llegó más pronto de lo que esperaba y junto a ella la deliciosa cena que se preparaba anualmente en el castillo. Los niños y jóvenes que se habían quedado estaban disfrutando todo lo que allí había, en especial los crackers que contenían diferentes tipos de dulces y juguetes pequeños, incluso ____  se había  aventurado a abrir un par, obteniendo una rana de chocolate y una par de piezas para ajedrez mágico y aunque ella no jugaba aquel juego de mesa los guardo en un bolsillo de su tunica, ya encontraría un uso para ellas.