Silencié el celular al momento de despertarme por una llamada, no quería despertar a Maia. Vi el nombre del Duko iluminando la pantalla y antes de atender mire a Maia
Seguía agarrada a mi torso con la cabeza apoyada en mi pecho, su trenza estaba enredada entre su cuello y decidí desenredarla antes de que se ahorcara. Su rostro estaba completamente relajado y su pie se movía ligeramente entre los míos, era incapaz de dejar los pies quietos, yo me había dado cuenta en cambio ella parecía que no
Volví en mi cuando la pantalla del celular volvió a iluminarse y atendí a Mauro
-che porfin loco media hora para atender al celular ¿estabas demasiado ocupado para atender?
-estaba durmiendo pelotudo-respondí aún con la voz ronca
-ajá claro, llevan dos días sin salir de casa son un par de pollerudos, sabemos de ustedes porque Emi le escribe a Maia sino ni hablaban
-nos tomamos unos días para nosotros-excusé-andamos en... no sé, ya te diré, sos un chismoso del orto
-que decis de chismoso, gato. Si fuiste vos el queempezó a contarme todo, ahora me lo tenes que contar completo
-no me rompas las pelotas tan temprano, Duko-murmuré estirandome pero al momento me quedé quieto viendo como Maia se removía
-Thomi para-susurró mientras se volvía a acomodar a mi torso
-ta bien, Mai, seguí durmiendo-acaricié su cabello y dejé un beso en su frente levantándome con cuidado
Ella al momento se abrazó a la almohada y siguió durmiendo, agarre una remera del armario junto con un buzo y salí de la habitación
-ahora si Duko
-awww "ta bien Mai seguídurmiendo" -comenzó burlandose- ¿y ese besito que yo escuche donde fue? ¿eh? ¿Me estas corrompiendo a la nena?
-sos un desubicado mal, fue un besito en la frente nada más-dejé el celular en la encimera y me puse la camiseta y el buzo
Nada mas iba al estudio no me iba a vestir de traje
-si ese el de ahora, a saber que hicieron estos dos días
-¡Mauro!-le llamé la atención-deja, en diez estoy en el estudio
Colgué la llamada antes de que siguiese haciendo comentarios, agarré las llaves y las guarde en el bolsillo del buzo. Abrí la puerta de la habitación despacio y me acerque a Maia con cuidado de no despertarla
-te amo mucho Mai-quité un mechón de su cara y dejé un beso en su mejilla
Vi como se formaba una sonrisa en su cara y se volvía a acomodar para seguir durmiendo, me quedé admirando su rostro unos segundos, no lograba comprender lo preciosa que era
Tenía claro que, sí no era con ella, no era con nadie
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