Después del revelador encuentro en el jardín, un cambio palpable se cernía sobre Axel, Rose y Bruno. La amistad entre ellos, antes sólida, se veía amenazada por la complejidad de los sentimientos.

Bruno, sintiendo la necesidad de dar espacio a las emociones en juego, optó por alejarse temporalmente. Se retiró de los encuentros grupales y redujo las interacciones, buscando una distancia que permitiera a todos sanar.

Bruno: (serio) Chicos, necesito tiempo para procesar todo esto. Voy a tomar un paso atrás por un tiempo.

La separación de Bruno dejó un vacío en el grupo. Las dinámicas de estudio y risas compartidas se vieron afectadas, y la presencia de su ausencia flotaba en el aire.

Axel: (reflexivo) Creo que Bruno necesita este espacio. Todos lo necesitamos para aclarar nuestras emociones.

Rose: (asintiendo) Sí, es cierto. Esta pausa nos dará la oportunidad de entender mejor nuestras propias emociones y decidir cómo seguir adelante.

La universidad, antes un lugar lleno de camaradería, se volvía un espacio de reflexión y ajuste. Axel, Rose y Bruno se enfrentaban a un desafío mayor: reconstruir la armonía que una vez compartieron y comprender las transformaciones que sus corazones estaban experimentando.

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