Después de semanas de complicidad y crecientes sentimientos, Axel decidió dar el siguiente paso y llevar a Rose en su primera cita. Una tarde encantadora, eligió un pequeño café con luces tenues y una atmósfera acogedora para crear el escenario perfecto.

Axel: (sonriendo) ¿Te parece bien este lugar?

Rose: (entusiasmada) Es perfecto, Axel. Me encanta.

La velada comenzó con risas y charlas, mientras compartían historias y descubrían más detalles el uno del otro. La conexión que se había forjado en la universidad tomaba una nueva forma, llena de promesas y expectativas.

Axel: (serio) Rose, hay algo que quiero decirte desde hace tiempo. Estoy agradecido de que hayas entrado en mi vida de esta manera.

Rose: (mirándolo fijamente) Axel, yo también estoy agradecida. Estos momentos significan mucho para mí.

El café se llenó de risas cómplices y la magia de la primera cita. Axel y Rose, envueltos en la calidez de la velada, compartieron un dulce beso que selló la promesa de algo más profundo.

Mientras tanto, en las sombras, Bruno, consciente de sus propios sentimientos, observaba desde la distancia, deseando felicidad para sus amigos.

Bruno: (suspirando) Ellos se lo merecen. Aunque mi corazón anhela algo más, no puedo negar que verlos felices me llena de alegría.

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