La tensión persistía en el aire mientras Axel, Rose y Bruno se encontraban frente al laboratorio donde habían forjado una conexión única. Axel, decidido a despejar las incertidumbres, tomó la iniciativa.

Axel: Chicos, necesitamos hablar sobre lo que está sucediendo entre nosotros. Las ecuaciones emocionales están llegando a un punto crítico.

Bruno: (asintiendo) Axel tiene razón. No podemos seguir ignorando lo obvio.

La sala se llenó de un silencio expectante mientras cada uno sopesaba las palabras no dichas. Rose rompió el silencio, su expresión reflejaba una mezcla de confusión y determinación.

Rose: Lo sé. Ha habido un cambio, y creo que es hora de enfrentarlo. Axel, Bruno, estoy lista para escuchar.

Axel, tomando un respiro profundo, comenzó a compartir sus pensamientos sobre cómo la ecuación de sus emociones estaba experimentando una transformación que no podría ser resuelta con fórmulas matemáticas.

Axel: Rose, desde que empezamos este proyecto, algo ha cambiado en mí. He intentado entenderlo como una ecuación, pero no puedo. Creo que hay algo más que no puedo explicar con números.

Bruno: (serio) Y yo tampoco puedo ignorar lo que siento, Rose. Mi afecto por ti va más allá de la amistad.

Rose, sintiendo el peso de las revelaciones, tomó un momento para procesar la información.

Rose: (con sinceridad) Axel, Bruno, aprecio su honestidad. También he sentido cambios, y creo que es hora de que todos enfrentemos la verdad.

La conversación, llena de confesiones y vulnerabilidad, marcó el comienzo de una nueva fase en la relación entre Axel, Rose y Bruno. Los corazones, antes ocultos tras las ecuaciones y proyectos, se revelaban, desafiando cualquier intento de cuantificar el amor y la amistad.

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