"Infielidad"

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Freytt Roswell

Con pestillo la puerta, el ambiente dentro de la habitación era acalorado. Freytt se había encargado de ir junto a su amante a una de las recamaras de invitados más lejanas, a tener uno más de sus encuentros cuando no pudieron irse fuera a algún hotel y atender sus ganas desbordantes.

Sus cuerpos ya estaban sudados mientran continuaban con el segundo round. Freytt no le iba a negar una aventura a la linda Infanta Sofia cuando nisiquiera podía tener nada con Leonor hasta el matrimonio, que todavía faltaba unos meses.

—Eres hermosa.—murmura Freytt contra el cuello de Sofia, muriendo por dejar marcas, baja hasta sus senos sin dejar de atender su feminidad con una mano, y la otra le sostiene de la cintura.

—Mmmh.—Sofia gime sobre Freytt disfrutando de la sensación en su interior—Te amo, Freytt—se abraza a sus hombros con sus ojos cerrados, sin arrepentirse de sus palabras, sin importarle la traición a su hermana, quizá por lo cegada y obsesionada que estaba por su amante.

—Yo también, Sofia, pero lo nuestro no es posible.—miente, dándose la vuelta para acelerar sus movimientos y despistar a la Infanta, que sabía que insistiria con el tema y al final, solo podría resivir una respuesta hiriente de Freytt.

—¡Oh, dios, Freytt!—Sofia no tarda mucho en venirse enterrando sus uñas en la espalda de la otra, su cuerpo tenso, Freytt admira lo linda que se ve y deja algunos besos en su cuello.—Lo haces increíble.

—¿Tienes 17 años, Sofia?—esta la mira y le suelta un suave golpe en su hombro derecho acompañado de una risilla. La pequeña de ojos miel tenía esa edad, mientras Freytt cuatro años más.

Sofia se pregunta como era posible que las chicas se sentían atraídas por personas más grandes, más maduras.

—Tonta.—Ella miró a la mayor con una de sus mejores sonrisas, mirándola con verdadero amor, quizá era muy ilusa, o sólo era una niña experimentando su primer amor, porque al final, Freytt sería su primera vez en todo y aunque luego la odiara ya todo estaba hecho. Freytt como toda idiota no se detenía a pensar y solo actuaba.

—Bañémonos antes de que se den cuanta que no estamos en el jardín con ellos.—se separó de ella y la tomó de la mano para guiarla a la regadera. Freytt la abrió y no tardó en pegar a Sofia a la pared del baño y besarla, continuando una vez más con su pasión desenfrenada.




....





Bajaron tomadas de las manos, pero al cruzar la puerta hacia el jardín, se soltaron. Fueron a donde estaba la reina Leticia en una de las reposaderas junto a la piscina. Leonor estaban dentro del agua, en bikini, Freytt no evitó morderse el labio mientras se recostaba en otra reposadera, Sofia a lado de su madre.

Leticia miró con complicidad a Sofia y a Freytt, ella desde hace unos días empezaba a sospechar. Y el que casualmente vinieran recién bañadas las dos no era casualidad, «Esta vez Freytt fue despistada» pensó. Quizás no le decía a su hija mayor y mucho menos a su marido porque no quería arruinar su relación, pronto se casarían, y al final de cuentas seria perfecta para gobernar con Leonor.

Tal vez Leticia lo podía dejar pasar, «No es como si la pudiera embarazar» se dijo, si la mayor pudiera embarazar entonces si sería un problema. Aún así estaba angustiada, amaba a sus hijas, temía ver mal a Sofia pero perdería la cabeza si Leonor se enterase y quisiera detener todo los planes.

Miró con nostalgia a su hija que se bañaba en la piscina con alegría, su alma pura e inocente, bueno ni tanto, Freytt ya empezaba a corromperla como lo hizo con la menor de los Borbón. «Debí haberlo sabido» Leticia sabía de la reputación de varios de los parientes de la familia de Freytt en Inglaterra, su abuelo Carlos III que se casó con Diana y la engañaba con Camila, o su padre Wlliam que le hacia lo mismo a Kate. «Solo era de esperarse»

La princesa de Asturias salio de la piscina y fue a donde Freytt para sentarse en sus piernas y darle un beso con sus manos puestas en su cuello, Freytt le siguió con gusto a pesar de sentir la mirada de la menor puesta en ella, «Después de todo ella es su futura esposa» Sofia nunca pensó envidiar algo con tantas ganas, no a su hermana mayor, que la quería y la apoyaba en todo.

Leticia sentía lastima por las dos, pero sabia que era algo temporal, luego Sofia abriría los ojos a su obsesión y dejaría a su hermana ser feliz.



....





Días más tarde la familia había hecho una familia porque el príncipe Hashem estaba de visita, a Freytt no se le notaba muy feliz puesto que sabía lo mucho que ese iluso estaba enamorado de su princesa, «Qué tal si Leonor me pagaba la misma moneda con el» esa idea absurda la hacia moverse incomoda en su lugar, tal vez empezaba a arrepentirse de lo que temía con Sofia, quien ahora estaba frente a ella. Freytt y Leonor juntas mientras los demás a su alrededor.

El príncipe de Jordania inclinó la cabeza poniendo un gesto confuso, mirando a Freytt.—¿La Infanta Sofia es tu pareja?—la chica mayor alzó la mirada un semblante serio, Sofia estaba tensa, «¿estaba loco o que?» pensó la mayor, todo el mundo sabia que Leonor era su prometida—Se veían bien en el restaurante de ese hotel—terminó sin mucha importancia bebiendo de su copa. Pero para el colmo, sacó su móvil y mostró una fotos de ambas.

Freytt se enfrentó a la mirada perdida y totalmente confundida de la princesa de Asturias.

—¿Qué hacías con mi hermana en ese hotel?

—Leonor, cariño...—Freytt tomó su mano y la rubia la quitó bruscamente, miró a su mamá y ésta se limitó a verla con tristeza, «ella lo sabía» claro, tal vez se esperaba eso de su madre pero al ver a su papá este estaba fulminando a Freytt, su padre jamás le esconderia algo así a su hija.

—Padre.—el negó inmediatamente. La princesa de Asturias no tubo más remedio que levantarse e irse sintiéndose completamente traicionada y dolida.

Freytt tenía ganas de destrozarle la cara a Hashem, sin embargo, prefirió ir detrás de su prometida.

El rey Felipe la alcanzó en el pasillo.

—Me decepcionas, Mountbatten.—le dijo molesto a sus espaldas, deteniéndola.—¡Te quiero fuera de este palacio, ahora!—la reina Leticia paso su mano por su brazo, intentando hacerlo reconocer

Freytt lo miró un segundo y no le obedeció, continuó caminando y no tocó a la puerta cuando entró.

La vio apoyada en el balcón, sollozando levemente, Freytt se acercó por atrás.

—Vete, no te quiero ver.—pidió con su voz entrecortada, un nudo en su garganta y lágrimas corriendo por sus mejilla, sus manos apretaban con fuerza el tubo del balcón.

Freytt no evitó sentirse mal al verla así.

—Debemos hablar y llegar a algún punto con esto—Ignoró su petición, Leonor no dijo nada, Freytt no tenía paciencia. Se le acercó y la tomó del brazo haciendo que la viera a los ojos—Deja de exagerar y déjame explicarte, eres mi prometida y debes saber quien manda aquí.

Era cierto que Freytt era la única que podía aceptar dejar a Leonor, eso le hacía tranquilarse, «podría hacerle todo y la princesa jamás la dejaría »

Leonor se soltó y le dio una bofetada, llena de furia—No seas cínica, después de serme infiel con mi propia hermana vienes a decirme esto.

Freytt acarició su mandíbula donde había recibido el impacto y trató de hablar con ella civilizadamente. Por otro lado, Sofia no evitaba sentirse satisfacida por lo que había pasado, si su hermana dejaba a su amada parada ella, no dudaría en acercarse a sus brazos.

«Pero las personas que aman siempre perdonan y dan otra oportunidad»

—Sólo estuvimos una vez, esas fotos fueron al otro día de tu evento, cuando nos embriagamos.—mintió, Freytt la miraba a los ojos fingiendo su mejor atuendo sincero—Leonor, te amo, estando sobria jamás te haría algo asi—Lo hizo otra vez, mentir, en los ojos de la princesa veía su victoria, estaba ganando.

—Déjame un momento sola—Desvío la mirada y luego volvió a concentrar sus bellos ojos azules en Freytt—Por favor.

La mayor contuvo un suspiró y lentamente se dio la vuelta para caminar fuera.

«Señorita Borbón»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora