"Insólito"

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Freytt dormió plenamente mientras se hacía de mañana, su novia Leonor como toda madrugadora se levantó primero. Con una sonrisa la miró.

—Buenos días, mi amor.—la princesa de Asturias se inclinó para darle un beso. Pero antes de que eso sucediera, Freytt movió su cara para evitarlo.

 Pero antes de que eso sucediera, Freytt movió su cara para evitarlo

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—Déjame dormir.—Leonor intentó ignorar aquel acto de rechazo que jamás había pasado, convenciéndose totalmente de que tal vez no había dormido bien, convenciéndose de que no le había dolido.

—Esta bien.—se retiró lentamente—Te espero abajo para almorzar.—la princesa fue al armario para ponerse algo más presentable.

Freytt asintió adormilada y se acostó boca abajo con las cobijas a su alrededor. Poco consciente de lo que había hecho.

—¿Cómo amaneciste, mi niña?—Letizia le preguntó cuanto la vio de reojo pasar al comedor, luego alzó la mirada cuando la otra no le contesto como comúnmente lo hace—¿Por qué esa cara?—Leonor negó, luciendo desanimada. A su mamá no le podía mentir.

—No lo sé.—se sentó en la cabecera de la mesa, donde come su padre, pero él está en un viaje de negocios así que su hija mayor toma el lugar.—Freytt últimamente ha estado rara conmigo.—murmuró mientras veía a la señora de servicio ponerle su desayuno enfrente.—No tengo hambre, gracias, puedes llevártelo por favor.—pidió con una voz suave.

—Leonor tienes que comer, que Freytt este así contigo no tiene que evitar que te alimentes, quizá solo ha tenido unos malos días.—Letizia se acercó y acarició la rubia cabellera de su hija con cariño—Ya sabes, sus padres no están de acuerdo aún, que seas su novia y le dejaron sus dos empresas a su total autoridad.

—Si, tal vez sea eso.—Leonor trató de sentirse mejor mientras pensaba en alguna opción razonable para que Freytt actúe así con ella.







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Freytt llegó a la puerta de la Infanta y tocó, al recibir el pase entró, con una computadora en manos.

—Hola, Sofi. Ya no te enseñé las fotos de las entrevistas que hiciste, recuerdo que me pediste te las enseñará.—dijo y se sentó en el borde de la cama buscando en archivos.

—Oh, claro, Freytt, quiero ver que tal salí, mi madre no me dijo nada.—la chica de ojos verdes miel se acomodó a lado de la más alta.

—Pues, es obvio que saliste perfecta, linda, eso nunca lo dudes, mira.—Freytt dejó de verla para apuntar las imágenes atenta.

Sofia sonrió encantada mientras la miraba, ignorado la foto. Y entonces, sorprendió a Freytt tomándola de la mejilla y robándole un beso.

Ellas habían estado intentando algo desde hace un tiempo, pues Sofia no soportó más y le confesó a la más alta de ojos cafés que la amaba probablemente años atrás, pero se lo había aguardado por que quería a su hermana y le remordia la idea de dañaría. Lastima que el tiempo hizo su efecto y el tener a Freytt en la misma vivienda solo hizo que su amor clandestino creciera, a tal grado de explotar y darle la espalda a su hermana.

«Señorita Borbón»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora