Keith puso sus manos detrás de su cabeza mientras veía a su esposa moverse sensualmente de adelante a atrás, arriba suyo.
—Por Dios, Keith..—Leonor gimió apoyándose en el abdomen de la chica sin dejar de montarla—Cada vez que lo hacemos te siento más grande.—cerró los ojos echando hacia atras ligeramente la cabeza.
—Que te puedo decir, con esa forma en la que te mueves me haces poner más dura.—sonrió posando las manos en las caderas de su mujer, guiándola.
—Joder..—la rubia aceleró sus contoneos, ahora subiendo y bajando sobre el miembro de su compañera, que tomó sus manos y la volteó, poniendo sus manos contra la cama a cada lado de la cabeza de Borbón y embistiendo con más rudeza y precisión.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Sigues siendo tan estrecha...—Keith gruñó dejando unos chupetes en el cuello de su esposa, y luego bajando sus besos a los senos de esta.—tan caliente, como la primera vez.
Si apenas iba amaneciendo, eran las nueve de la mañana, y lo hacían como adolescentes hormonales. Aunque ya tenían años casadas, el deseo por la otra seguía impacto, y al contrario, a Keith la rubia le parecía más desarrollada y ardiente, mientras Leonor pensaba en lo sexy que era Keith con ese porte maduro y atractivo con el que cada vez se encantaba más, y hacía sus relaciones sexuales intensas.
—Mierda, ¿como es que eres tan buena en esto? En volver loca a una mujer en la cama—Leonor le murmuró, gimiendo en su oído y arqueando la espalda de placer mientras Keith no soltaba sus manos a sus costados, evitando que rasguñara su espalda.—es gracioso que mi mamá sigua preguntando que por que estoy contigo.—comentó entre jadeos, Keith sabía que a ella le gustaba hablar mientras se lo hacía.
—Soy buena en todo, además, estas conmigo porque me amas demasiado, y tu madre no es obstáculo. Me halagas diciendo lo bueno que follo y mi buen tamaño, preciosa—Keith le habló de vuelta, con su voz enronquecida y su respiración agitada, pero menos que su novia.
Keith era una experta en esto porque base a los años con su rubia, le llevaba varios más, en los que seguro experimento con muchas otras chicas.
—Que envidia con las perras que estuviste antes de mi—seguro que no tardaría en recalcarselo, con rencor, cerrando los ojos y entre abriendo los labios, dejando escapar gemidos por cada estocada en su interior.
—Debes soltar el pasado, mi pasado.—Keith dejó sus pechos para ir a besar su cuello. Empujó más fuerte, el sonido de sus pieles chocar y el movimiento de cama escuchándose en la habitación.
—¡Ah¡—Leonor presionó sus piernas alrededor de Keith cuando esta sólo aunmentaba su velocidad—Ah.. eso... no quita el hecho de que hayan tenido tu enorme polla primero que yo, mi prima en esa lista..—reclamó y cerró los párpados más fuerte haciendo gestos de satisfacción que volvían loca a su esposa.
