Capítulo 1.

1.6K 140 19
                                    

La capacidad psicológica que tienen algunas personas para depender de alguien es imprescindible, después de todo en realidad no vale la pena no disfrutar de alguien que sabes que te quiere pero no por completo, está el sentimiento de que eres importante pero hay acciones que te hacen pensar dos veces si realmente no estás equivocado.

Las noches se vuelven eternas cuando pensamientos como esos deciden atacar para quitarte cualquier intento de dormir o incluso descansar.

Eso estaba sucediendo ahora mismo con el inglés, quien parecía mantener su vista clavada en el techo de su habitación luego de haber escuchado un rumor extraño por las redes.

Si, las mismas redes que inventan cosas cuando se le da la gana y están aburridas, los fans son los principales culpables de que al final todo el mundo crea cosas que no son y no pasan.

Un suspiro lento y pesado salió de los secos labios del castaño, sus ojos verdes comenzaban a hacer garabatos sobre el techo blanco liso mientras mantenía su respiración tranquila, o por lo menos lo intentaba.

Su mano se dirigió a su celular pero incluso antes de tocarlo volvió a colocarla sobre su estómago. Se centró ahora en los latidos de su corazón los cuales parecían ser normales.

Y sin darse cuenta una lagrima comenzó a recorrer por su mejilla, luego fue otra, y otra, y otra, hasta que el llanto silencioso logró salir después de ser retenido por al menos cuarenta minutos, minutos donde pensar era lo único que hacía mientras su corazón parecía encogerse con ganas de desaparecer.

Se tapó hasta la cabeza con la sábana y se dió vuelta para quedar boca abajo logrando llorar con más ganas dejando salir por momentos pequeños gritos de impotencia.

Las redes sociales son una mierda.

Pensó. Pero mientras se repetía esa frase sus manos fueron a parar nuevamente en su celular. Lo encendió y buscó un chat, el de la única persona en la que confiaba en este preciso momento el cual sabía que no le faltaría nunca, que incluso a altas horas de la noche estaría despierto.

Entró al chat y envió lo más difícil que pudo escribir en mucho tiempo luego del fallecimiento de su madre.

Carlos me es infiel.

En cuanto envió el mensaje volvió a llorar sobre su mayor confidente, su almohada, las lágrimas parecían interminables pero los minutos no pasaban con velocidad, al mirar nuevamente su celular vió la respuesta.

Lan, son rumores típicos, él te ama.

Max solo quería animarlo pero aún así sintió como ese mensaje solo valía para hacerlo sentir un poco mejor, cosa que no logró en lo absoluto.

¿Quieres que te busque para tomar aire fresco?

Lo pensó mucho pero luego de un par de minutos decidió que lo mejor era mantenerse en cama e intentando quedarse dormido, el día siguiente era importante porque conocería a su compañero de equipo, el cual si había hablado anteriormente pero eran cosas muy mínimas e insignificantes.

Te lo agradezco, pero mañana debo ir temprano a la empresa para conocer a Piastri.

Secó sus lágrimas e intentó regular su respiración con algunos fallos, pero al final si pudo.

Volvió a taparse correctamente con su colcha para intentar dormir y descansar, mañana sería un día nuevo el cual necesitaba de su energía y felicidad. La cual ahora le estaba faltando un poco.

 La cual ahora le estaba faltando un poco

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Infidelidad  ⎯   Charlos/LandoscarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora