Capítulo 3.

996 105 18
                                    

La primera carrera de la temporada era lo único de lo que hablaba todo el mundo que estuviera interesado en el automovilismo, pues la Formula 1 es la categoría de automovilismo más importante y grande, por lo que ser un corredor en dicha categoría no era fácil, ni llegar, ni mantenerse.

Era una guerra sin fin, donde se consiguen más enemigos que amigos, pero donde definitivamente lograrías hacer contactos, relaciones con gente altamente rica y quien sabe, encontrar el amor, o al menos una aventura.

En parte era algo que odiaba el australiano, su familia no siempre tuvo las relaciones más influyentes en el mundo de los millonarios, preferían pertenecer a grupos donde todos fuesen de perfil bajo, sin lujos que andar presumiendo.

Y Oscar también era de los que mantenía su perfil bajo, tener tantas miradas encima a veces lo hacía sentir incómodo, incluso ansioso.

Pero mediante el tiempo transcurría su historia como piloto se hacía cada vez más rica, pues muchas personas pusieron su mirada en él, querían abasteserlo financieramente para que lograra llegar sin muchos obstáculos a la grandeza en una categoría que estuviera a su nivel.

Ganaba carrera tras carrera y rápidamente fue fichado por Alpine, una escuderia que le prometía un futuro grande junto a ellos, pero quedaron atrás cuando postergaban cada vez más su inicio en la Fórmula 1, entonces, McLaren fue más rápido y astuto, ofreciéndole un puesto en su escuderia.

Hubieron un par de problemas, demandas que asustaban a alguien tan inexperto como Oscar, pero que rápidamente pudieron ser solucionadas.

Gracias a ello el australiano llegó sin problemas a conocer a Lando, había escuchado de él y en parte lo admiraba, no era su mejor ejemplo a seguir pero aprendería cosas de él.

Bueno, volviendo al punto de las miradas, el menor de los corredores de McLaren se sentía algo aturdido, muchos periodistas se le acercaban buscando respuestas de cómo se sentía, la comodidad que le ofrecía McLaren, incluso sobre sus pagos como piloto recién ingresante. No respondió a nada porque le indicaron que hiciera caso omiso básicamente a cada una de las preguntas.

― Es demasiada gente. ― la voz de su amigo, Logan, lo asustó por un momento en el padokk club.

― Si, lo sé.

― ¿Te sientes bien? Sé cómo te pones con tanta gente asfixiando. ― la preocupación era perceptible con facilidad, pero intentaba disimular para no buscar atención.

― Si, algo abrumado pero lo puedo controlar.

― Si, tuviste buenos resultados, la carrera será interesante teniéndote de rookie.

― Igual tú.

― Meh, creo que no seré un favorito, como casi todos los años.

― No digas eso, tendremos un buen inicio de temporada.

La relación entre ambos era de amistad, claro que la rivalidad en pista siempre estuvo definida, pero sabían separar ambas partes, no era lo mismo lo profesional que lo personal.

La gran parte de sus vidas fue escucharse el uno al otro de cómo avanzar juntos, eran cómo hermanos, no querían que ninguno de los dos se quedara atrás, pero a decir verdad Oscar siempre rebuscó cómo conseguir el dinero suficiente para avanzar de categoría, en cambio su amigo tenía a su familia la cual hacía muy buenos contactos, sin embargo ninguno de los dos se vió al otro cómo alguien superior o inferior, eran parecidos en ese aspecto.

― ¿Qué tal tu compañero? ― tomó algo de agua y miró al australiano.

― Es bueno, no hemos intercambiado muchas palabras. ― miró a través del gran ventanal que daba fuera buscando al nombrado.

Infidelidad  ⎯   Charlos/LandoscarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora