1| Los mitos reales y la miserable verdad

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chapter one ━ Los mitos reales y la miserable verdad

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chapter one ━ Los mitos reales y la miserable verdad

—¡Júpiter!.

La niña levantó la cabeza, tenía una expresión bastante neutral, como la de un robot. La maestra Sidney solo subió sus cejas, miró el libro en las piernas de la menor. Júpiter estaba sentada en el piso, frío como el agua y casi abajo de una mesa en aquel restaurante. Sidney se agachó un poco, para observar lo que aquella dibujaba, inclinó un poco su cabeza al notar un extraño dibujo sin significado.

—¿Qué dibujas, Júpiter? —le preguntó amablemente y de forma suave.

—Anoche lo ví en mis sueños —acercó un poco el cuaderno hacía su maestra, tenía los crayones y la mujer noto el dibujo.

Unos ojos rojos, tan intensos que apenas podía verlos, Júpiter se había pasado de rojo con los crayones, eso era muy cierto. Tenían un color carmesí similar a la sangre pura, y algunos lados casi color vino, pero con negro, había una rosa, una rosa que aquellos ojos observaban con tanta atención. Miró a Júpiter, quién solo seguía pintando de rojo, aún más.
Relamió sus labios, sabía que era una niña especial, siempre contaba historias fantasiosas y ya había tenido problemas por eso, pelearse con sus compañeros a golpees porque dicen que es una loca.
Provocó que los chicos no quisieran acercarse a ella, y el director la mandaba con el psicólogo de la escuela, lamentablemente Júpiter solía escaparse para no ir.

—Bueno, Júpiter —quiso sacarla de su ensoñación. La niña al fin la observó con atención, por una vez, su defecto, TDAH —. No te separes del grupo, ¿si?. Acercarte hacia acá, mi amor.

Júpiter asintió obediente, Sidney le sonrió y se fue. Júpiter suspiró dejando su cara de pocos amigos y cerró su cuaderno, guardo sus crayones, mientras hacía esas acciones un sonido salió de la cocina de aquel restaurante.
Frunció el ceño terminando de guardar su estuche en la mochila, miró hacía a un lado por su maestra, pero estaba hablando algo lejos con algunos de sus compañeros.
Otro sonido extraño, pero nadie parecía escuchar ello. Envolvió sus sandwich nuevamente en una servilleta, lo guardo y cerró la mochila, se puso de pie terminando un sorbo del jugo de uva y boto el paquete, para avanzar hacía la cocina.

—¿Hola? —habló al fin al entrar, entonces escuchó como si alguien estuviera corriendo. Tragó saliva colocando bien su mochila.

Comenzó a dar pasos por el lugar, estaba algo oscuro y no había nadie, que estupidez, considerando que era un restaurante lleno de niños.
Siguió, mientras apenas sus zapatos se escuchaban por el lugar, cuando al acercarse a una de las gigantes mesas algo se alzó.
Abrió más sus ojos, y su corazón late rápido cuando vio a esa cosa, ya había visto muchas criaturas extrañas, pero está asquerosa.
Un monstruo, sin cabello, piel grisácea y con alas se alzaba contra ella.

ONCE IN A LIFETIME, Percy Jackson and The OlympiansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora